Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El 'Procés' y el Barça

El periodista John Carlin saltó de El País por sus críticas a la gestión del procés por parte del gobierno central y de la Corona, cuesta acostumbrarse a la libertad y los británicos nos llevan dos siglos de ventaja. Y eso que Carlin considera la independencia unilateral de Cataluña «la ridiculez más grande que he visto en la vida, con la posible excepción de la elección de Donald Trump».

Hubo un tiempo en el que conocíamos la historia reciente de nuestro país, a salvo de visiones atrincheradas y legionarias, con el recurso a los hispanistas: Henry Kamen, Paul Preston, Hugh Thomas y algunos más. Puede que también tengamos que leer a Carlin -o a Andy Robinson- para saber qué nos ocurre ahora mismo. Sería trágico, pero en absoluto carente de su pizca de gracia: «No tema leerme, soy inglés».

En La Vanguardia del último domingo glosaba Carlin la extraña indiferencia nacional -salvo en Cataluña- ante los políticos presos catalanes que no pudieron rebelarse porque no tomaron las armas para hacerlo y cualquiera que sea su delito (Carlin apunta: imprudencia, ineptitud, irresponsabilidad) pertenece al campo de la venganza política someterlos a prisión provisional. Carlin añadía a los personajes ya conocidos otros dos presos políticos en los que nunca hubiera pensado: Sandro Rosell y su ayudante Joan Besolí, a quien ni siquiera le dejaron unas horas libres para visitar a su hijo, que quedó parapléjico tras sufrir un accidente laboral.

Los dos, Rosell y Besolí, llevan en prisión sin juicio 500 largos días, más que el genocida Augusto Pinochet y Carlin no es que insinúe es que afirma que están en la cárcel por ser del Barça, de «la expresión más visible y más ruidosa de la identidad catalana». Son críticas muy duras contra la administración de justicia de este país, se nota que él vive en Londres, porque si fuera el Barça y no el Real Madrid quien le hubiera arrebatado el entrenador a la Roja en vísperas de un Mundial, les habrían acusado, como los Grandes de España al Conde de Godó, de «traición a España y notoria villanía». Pues ni así el Real Madrid se come una rosca.

Compartir el artículo

stats