Paga el pueblo

Si los vehículos diesel contaminan más, en vez de fomentar más la compra de vehículos híbridos o eléctricos, se crea un nuevo impuesto al diesel. Quien está acostumbrado a viajar en Falcon a bodas y conciertos, pagando el pueblo, no piensa que en la mayoría de ocasiones, este tipo de vehículos los utiliza un autónomo o un asalariado medio para acudir al trabajo diario. Porque el diesel es más barato y porque consume menos, pudiéndose ahorrar unos euros para llegar a final de mes. Pero esto parece ser que no importa, que paguen, deben pensar.

Siempre paga el pueblo. Esta semana lo pudimos comprobar al escuchar al ministro José Luis Ábalos hablar con tanta facilidad acerca del impuesto que quieren crear para circular por autovía. Pensábamos que con la liberación de las autopistas, nos íbamos a librar. Pues no, el ministro de Fomento debe pensar como en el programa de televisión -«las gallinas que entran por las que salen»- y ya nos ha avisado que se pagará por circular por autovía. Paga el pueblo.

Y digo yo, ¿que no paga ya el contribuyente suficiente que también deberá pagar por circular por autovía? Quien viaja gratis en Falcon o en helicóptero no pagará, pero el resto de españolitos, o pagamos o tendremos que armarnos de paciencia y volver a circular por carreteras comarcales y nacionales.

Esto es un suma y sigue. Tras la sentencia que dijo que el impuesto de las hipotecas lo pagarían los bancos, vino la alegría que no duró ni un día. Luego vino la rectificación, lo pagarían los clientes. Luego vino el Gobierno, lo pagarán los bancos y como siempre, «la banca gana» y quien acabará pagando cuando suban las hipotecas será el pueblo.

Por último, otro ejemplo, la subida del Salario Mínimo Interprofesional. Es de justicia, nadie podrá decir que no. Pero la subida de ese salario va unida a la subida de los impuestos y a la subida de los precios. Hay subidas que te hacen bajar, y sin una planificación, sin calcular lo que realmente hay, lo que se llega es a vaciar la caja de las pensiones.

No se puede prometer el cielo y dar el infierno. No se puede regalar y luego hacer pagar. No se puede hacer pagar al pueblo siempre. La cartera de un ministro siempre es más grande que la del ciudadano, pero paradójicamente la que siempre se vacía es la del ciudadano. Mientras no se cambien las carteras o los ministros, nos tocará pagar. Ya se sabe: el pueblo siempre paga.