Una noche cualquiera con ganas de desconectar. Nada apetecible en las televisiones generalistas. Zapping entre series de las plataformas en «streaming»: esta no me gusta, esta no me apetece ahora€ Vamos a poner una de la que apenas sabemos nada. Diez millones de norteamericanos vieron el estreno a finales de septiembre en la NBC, fue el mejor arranque de ficción en una cadena en abierto en dos años y se ha convertido en uno de los programas más vistos del otoño en Estados Unidos. Producida entre otros por Robert Zemeckis, «Manifest» puede verse aquí en HBO. La ficción es un mix de misterio sobrenatural, drama sentimental, investigación criminal y conspiraciones, con un vuelo desaparecido que recuerda al 815 de Oceanic.
Muchas han intentando ser la nueva «Lost» pero ninguna lo ha conseguido. Tampoco «Manifest», a pesar del avión y otros detalles como la combinaciones de números enigmáticos. El versículo favorito de la madre de una de las protagonistas, del que hablaron en su última conversación antes de embarcar y que dejó bordado en un cojín, es el Romanos 8:28: «Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, de aquellos que él llamó según su designio». Veinte de los 191 pasajeros del vuelo 828 de Montego Air que aterrizó en Nueva York con 5 años de retraso a causa de unas extrañas turbulencias tienen voces y visiones que les ayudan a hacer el bien, como los superhéroes de los cómics.
Para ellos no ha pasado el tiempo y recuerdan el despegue como si fuera el día anterior. Sin embargo, fueron dados por muertos y sus vidas han seguido sin ellos.
Similar al despertar de alguien en coma pero más extremo porque regresan de forma incompresible. El drama no es solo para los que vuelven sin haber envejecido y sin conexión porque sus familiares dieron de baja sus móviles, también para los que tuvieron que dejarles atrás y empezar de nuevo por prescripción médica.
Por momentos añoro a la preciosa «The Leftlovers», a su banda sonora y sus atormentados personajes, tan perdidos como los de «Lost» sin los 140 millones de personas que desaparecieron un día. El porqué era lo de menos, el contexto político tampoco importaba. Vistos los dos primeros episodios, «Manifest» no alcanza la intensidad del relato de Damon Lindelof y Tom Perrotta pero tiene posibilidades si no se desvía demasiado en las subtramas sobre la investigación de lo inexplicable y las conspiraciones para silenciar experimentos secretos en lugar de centrarse en las vicisitudes emocionales de los pasajeros.
