Mientras el president Ximo Puig proclama a los cuatro vientos la necesidad de levantar la «hipoteca reputacional» heredada del PP para recuperar la buena imagen de la Comunitat Valenciana, su director general de Comercio -y suyo es como máximo responsable del Consell aunque milite en Compromís- se dedica a comportarse como un auténtico mafioso con un inversor extranjero porque no le gusta el proyecto que impulsa. El hooligan Natxo Costa -procedente de la organización de pequeños comerciantes Unión Gremial- ha rematado con un solo tuit -«Intu, go home»- un historial de decisiones y modificaciones legales ad hoc diseñadas por su partido para torpedear un proyecto multimillonario en Paterna. Una gestión que pone en duda la seguridad jurídica que debe respetar un Gobierno que pretende recuperar el prestigio de la Comunitat Valenciana. Y es responsabilidad del president abrir la puerta de salida a aquellos de sus colaboradores que torpedean esa norma básica. En su mano está.
