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Con gusto

Comilonas y regalos

Las cenas de Navidad están llenas de peligros metabólicos y practicar la elegancia social del regalo es una amenaza para el bolsillo. No elijan, no les dejarán, simplemente apunte que lo que se arregla con dinero, no es un verdadero problema.

Voy a Sueca al entierro de mi tía Tonica, que es la última de su generación y creo que la única que superó los noventa años. Tonica fue emigrante en Suiza y, para nosotros sus sobrinos, siempre guardaba mimos exagerados que a mi, que nunca tengo bastantes, me parecían ajustados. Las esquelas de los bares indican que el mismo día que mi tía, han muerto otras cinco personas, calculen como va quedando la pirámide de población: con menos natividad que desenlaces funestos.

Paseo por las calles frías y me encuentro con conocidos del tiempo remoto. Me cuentan historias estremecedoras de desavenencias familiares, de hijos pendientes de la herencia que, de repente, se esfuman cuando les toca la lotería, que tan repartida cayó esta vez, siempre cae muy repartida.

En mi casa, bien. Marisco y pierna de cordero, salazones y foie, y hasta trufa blanca que trajo Jordi. Para beber, Les terrasses y un Chablis. Buen nivel, aunque estamos a punto de morir atacados por una tropa de cigalas gigantes dignas de Eduardo Manostijeras.

Me intriga la tendencia, tan fomentada, al empapuzamiento por Navidad, a las carreras contra reloj con el colesterol como premio. Creo que si tiene alguna explicación lógica acabaré por encontrarla, soy un optimista inmarcesible. Lo que se puede curar con almax, no es un problema, aunque algo mayor que el dinero que solventa la cuestión del regalo, ya lo dije. Hablando de regalos siempre se queda bien con un libro de cocina y mi colega Vicent Marqués ha conseguido publicar el primer y robusto tomo de una colosal Història de la cuina catalana i occitana, entidad geográfica que se suele evocar/eludir con el nombre de arco mediterráneo. Yo creo que me regalaré lo último de Lucía Berlín. O el mejor calendario que es El Calendari dels Brillants.

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