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Falta o bona

R. Ventura-Melià

La bancada de Bankia

Es todo un espectáculo ver la apertura de la vista oral del caso Bankia (de la salida a bolsa de esta entidad) tras años de esperar el momento de la verdad (que vendrá mucho más adelante, el martes dieron comienzo nuevas sesiones). La foto de los imputados es toda una orla, y no de honor, aunque han disfrutado de muchos honores (sociales, políticos, académicos€). El más fiel retrato de todo lo que nos llevó a sufrir la crisis (a la española).

Por supuesto, para llegar hasta aquí se han atravesado muchos momentos en que parecía que no iba a llegar nunca y todas las tretas de sus defensores, lo que es lógico, con personajes de tanta prosapia (del mundo político y del empresarial). Están en su derecho y el sistema español es garantista (según cómo y con quien, no con los desahuciados por hipotecas e impagos).

El protagonista más destacado Rodrigo Rato, ex ministro, que ya en la comisión d las Cortes españolas acuñó la excusa madre: «esto es el mercado». Se gana, se pierde. A cada uno lo corresponde o lo uno o lo otro. Esto no dejaría de ser una verdad de Perogrullo o una paradoja de humor negro. Se defendió echando balones fuera y cargando al Banco de España.

A su lado hace de figura algo deslucida José Luis Olivas, el ex president de la Generalitat Valenciana-algo que raramente citan los especialistas madrileños del caso- y ex presidente de Bancaixa y del Banco de Valencia. Lleva con éste tres procesos sucesivos, uno por lo de la banca valenciana, que todavía está en curso y que puede costarle una sentencia seria. Aunque para hacerla firme se andará mucho. Lo que costó según este mismo periódico fueron 2.400 millones al FROB (a todos nosotros).

El rescate de los bancos- o de las cajas- costó al Estado más de 60.000 millones de euros, cifra que da vértigo. Y de los que según el banco de España solamente se han recuperado hasta ahora 4.0000 millones. Al final veremos cuantos se lograrán recobrar, aunque las autoridades ya avisan que muchos miles de millones han de darse por «evaporados». La venta de Bankia, una vez saneada, ya veremos que dará de sí.

Parte de los perjudicados por la comprar de acciones de la flamante entidad, han recuperado sus dineros, tras una larga lucha, y no pocos sinsabores, y otros no. El argumento lo esgrimen los de la defensa que quieren «echar fuera» las asociaciones privadas, la acusación particular. Pero les fue denegado. Mientras la Fiscalía estudia si elevará las penas por un delito de «falsedad en documento público» además del delito por «fraude» que es el que ya presentó.

La gente de la calle suele decir: que devuelvan el dinero. Una cosa es la mala gestión y otra si hubo presunto enriquecimiento personal (lo que se daba en el caso de las «tarjetas black» por el que Rato ha ido a la cárcel). Hasta ahora, en otros casos, los directivos han sido condenados por las indemnizaciones que se adjudicaron, con sus contratos blindados. Lo que los demandantes consideran una pena menor o por daños colaterales. Lo grave es que llevaron a España a vivir una situación de crisis aguda y prácticamente un rescate (que se negaba). «Un crédito en buenas condiciones» afirmaron las autoridades del momento para aliviar la sensación que produjeron todos los recortes y el coste que hemos pagado todos. La partida está sobre el tablero de los jueces.

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