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Maite Mercado

Corporación revuelta

En los pasillos de RTVE debe respirarse un espeso aire contaminado por querellas y pobres cifras de audiencia. La estancia de Rosa María Mateo como administradora única provisional se está haciendo demasiada larga. El esperado concurso público para elegir a los directivos está estancado en la resolución de la veintena de reclamaciones presentadas tras la publicación de las puntuaciones del Comité de expertos para los 95 currículos y proyectos. Incluso Alicia Gómez Montano, la número 1, se ha quejado de que no le han computado algunos méritos. Además, solo cuatro de los veinte finalistas son mujeres, por lo que las Cortes tendrían que elegir a todas para acercarse al principio de igualdad establecido para el futuro Consejo de Administración.

Entre ellas se encuentra Carmen Sastre, ahora subdirectora del programa «Emprende» en el Canal 24 horas, quien no sólo ha protestado por su puesto número 12 en el ranking, sino que además reclama a RTVE una indemnización de unos 70.000 euros por «vulneración de derechos fundamentales» y «modificación sustancial de condiciones de trabajo». Sastre se ha convertido en azote permanente de los directivos actuales desde su #diariodeunacesada en Twitter, siendo Xabier Fortes, su principal blanco, enemigos íntimos desde la etapa anterior en la que el periodista era miembro del Consejo de Informativos (CdI) y la entonces Directora de Contenidos Informativos acumulaba denuncias por manipulación.

Esta semana se han celebrado elecciones para elegir al nuevo CdI coincidiendo con la publicación del informe trimestral sobre malas prácticas. Mientras que en el último con Carmen Sastre controlando los telediarios se denunciaron 70 casos, desde octubre del año pasado se han detectado 19, cinco de ellas graves: el retraso en informar de los abucheos contra Pedro Sánchez en València, la «excesiva amabilidad» con la que se entrevistó a Pablo Iglesias en el desaparecido «Más Desayunos», no dar a tiempo que la jueza de los ERE había extendido la investigación a todas las consejerías de la Junta de Andalucía entre los años 2000 al 2011, una noticia sobre Amazon «excesivamente publicitaria» y una sobre Vox sin la «pluralidad» necesaria. Los redactores de estas páginas han omitido las palabras censura y manipulación que destacaban en las referidas a la anterior etapa. Obvia es la mejora cuantitativa pero, bien lo saben ellos, no se debe tildar de error lo que antes era un horror cayendo en lo que denuncian.

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