Hay que ver qué obsesión enfermiza tiene la derecha más furibunda con quedarse con los hijos de las mujeres que no pueden defenderse. Lo hicieron en Chile y Argentina robando los hijos de cientos de mujeres asesinadas o ‘desaparecidas’ por ellos mismos y haciéndolos pasar, en el cúmulo de la maldad, como parte de su propia estirpe. Antes, ya habían hecho lo propio en ‘nuestro’ franquismo, arrebatando los bebés a las presas políticas ‘rojas’ encarceladas o fusiladas. Posteriormente, parejas pudientes compraron o robaron bebés a jóvenes madres adolescentes a las que no daban ni la opción de elegir, porque tras el parto les mentían y decían que habían muerto. Si eres una mujer pobre, vulnerable, derrotada ... ¿qué tienes que ofrecer a tus hijos? Ésa debe ser y es la aterradora idea que sobre la maternidad y la adopción tienen el líder del PP, Pablo Casado, y todos y todas aquellas que no han abierto la boca para decir ‘esto es una barbaridad’. Porque chantajear -desde tu posición de poder- a personas en estado de fragilidad para que te entreguen lo que más quieren con el único interés de que te paguen tu pensión de anciano cuando sean adultos es -además de una inhumanidad que remueve las entrañas - de una frialdad propia de otros régímenes que ya pensábamos extintos.