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Viacrucis

Un verdadero viacrucis, (o Vía Crucis, que lo mismo da), espera tanto a los políticos como a los sufridos votantes, auténticos penitentes. Un viacrucis de campaña con sermones, caídas, azotes, promesas descalzas, procesiones que van por dentro y hasta saetas, pero envenenadas, con algún Judas y varios apóstoles de figuración. El calvario de sufrir las películas en televisión sobre la Biblia, antiguo libro de ciencia-ficción. Y un profundo recogimiento al sol y adoración nocturna... en Benidorm.

Viacrucis de recuerdos mañana, 16 de abril, cuando se cumplen 46 años de la muerte del siempre añorado y admirado Nino Bravo, el mítico cantante valenciano que sigue vivo en su voz y sus canciones eternas. Cuatro artistas coetáneos a él han grabado el tema «Están aquí», donde homenajean a Nino Bravo y Cecilia, ambos fallecidos en la carretera. Ellos son Juan Erasmo Mochi, Betty Missiego, Silvia Tortosa y Alfonso Pahiño. Nino Bravo hubiera cumplido ahora los 75 y Cecilia 72 años.

El doloroso viacrucis el sufrido por el «galán» Arturo Fernández, operado de urgencia en una clínica madrileña de una dolencia estomacal, no le impedirá reaparecer en el escenario del teatro Olympia pasado mañana, miércoles, porque a sus 90 añitos está hecho un chaval que aún ejerce «Alta seducción», título de la comedia de María Manuela Reina, en la que Junto a él estará Carmen del Valle, licenciada por la Escuela Superior de Arte Dramático de Valencia. Arturo es el director de la obra y ya subió con Carmen a la «Montaña rusa» hace años. Risas entre oraciones...

No podrá hacer Jorge Javier Vázquez la procesión prometida de sus «Grandes éxitos», que pasaba por el Olympia en junio. Por prescripción facultativa deberá sufrir la penitencia de recuperación del ictus sufrido recientemente y tampoco es seguro que pueda presentar

«Supervivientes», ese viacrucis bien pagado en el que participará Isabel Pantoja a precio de oro y diamantes, y que sufrirá el calvario de tirarse, a sus 62 años, desde un helicóptero. La cantora deberá llevar a la isla sus tubos de tinte negro, porque su melena es cana desde hace años y no puede mostrase anciana ante sus incondicionales. Se dijo que una de las condiciones a participar, además del tinte, era que su niño, el Kiko Rivera, ganase el GHDúo. Fake New, porque la ganadora fue la María Jesús de los muchos lloros, que se llevó los 100.000 euros, menos la mordida del fisco. Aunque más ganó Kiko sin ganar, de quien se dice haber recibido al participar 400.000 euros por su «bonita» cara . Pascua florida para el niño Pantoja.

Si lo que pretendía Paulina Rubio en «La Voz» era ser el blanco de risas, befas y mofas lo consiguió plenamente con esa ridícula y aparatosa vestimenta que lució en la gala final, desafinando incluso más que Ángel, el concursante entrenado por ella, que ya es decir. Un atuendo esperpéntico, grotesco y estrambótico que le diseñó, sin duda, su peor enemigo. El concurso lo ganó Andrés Martín, no por su bella cara, y comienza ahora el calvario de ese sufrido viacrucis en busca de materializar en algo su triunfo y no quede en simple oración del huerto.

Procesión de las palmas para el actor Jon Plazaola, el de la serie «Allí abajo» que ya finaliza, y que ha realizado cuatro días de actuación en el Talía hasta ayer, Domingo de Ramos, con la comedia «Mandíbula afilada». Jon, a sus 37 años, es un vasco atípico; abierto, comunicativo, simpático y locuaz. «¿A que parezco gaditano?», dijo. Incluso se atrevió a asegurar que hablando en euskera también se puede ser romántico...

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