Durante décadas, el uso irresponsable y masivo de los plásticos ha tenido, tiene y tendrá consecuencias lesivas para el medioambiente, la salud de las personas y la supervivencia de multitud de seres vivos. En consecuencia y de forma ineludible creemos necesario repensar el tratamiento de los residuos y los sistemas que hoy están implantados porque, de lo contrario, estaríamos contribuyendo al deterioro medioambiental de forma incontrolada de nuestro propio entorno, del barrio, del distrito, del pueblo o ciudad, de la Comunidad Autónoma, del País, de Europa y del Planeta Tierra, y aquí, amigos y amigas, sólo tenemos uno y no hay recambio posible.

El Objetivo 12 (Producción y Consumo Responsables) es uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, aprobados en 2015 por 193 países, entres ellos, España. En uno de los ODS más transversales de la Agenda y uno de los más importantes paras los países más desarrollados ya que persigue la transición a modelos económicos, productivos y de consumo hacia la sostenibilidad. La gestión y el uso de los recursos naturales, reducir la generación de residuos y desechos químicos y la prevención, reducción, reciclado y reutilización de los mismos es esencial para generar los cambios estructurales en los patrones de producción y consumo que tengan el menor impacto ambiental.

La responsabilidad es compartida pero la capacidad de incidir en la solución es diferente según se aborde el problema. Para nuestra Confederación, con respecto a las distribuidoras y supermercados, nuestra prioridad debe enfocarse en reducir drásticamente los plásticos de un solo uso y eliminar el sobreembalaje de numerosos productos así como de otros de materiales difíciles de recuperar o reciclar. Respecto a la Administración Pública, nuestra meta es la consecución de normativas que favorezcan la eliminación de plásticos, salvo los casos que se necesiten por razones higiénicas, y la implementación de políticas públicas de Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) y el cambio del actual sistema de recogida de envases, ampliando a materiales, de manera que cualquier plástico, aunque no sea envase, pueda ser depositado en un contenedor RSU.

La ciudadanía, por nuestra parte, hemos de evitar bolsas de plástico, y volver a la cultura del agua del grifo (apostando por el filtro o la ósmosis) e iniciar la vieja costumbre de exigir el producto en botella de vidrio y reutilizable. Es poco pero es todo un mundo. Se lo debemos a Félix Rodríguez de la Fuente, nuestro protector de la Naturaleza, no podemos ignorar su lacónico mensaje en el año 1972, cuando empezó la producción del envase de plástico no retornable: «Bienvenidos a la cultura de la basura» profetizó. Cuarenta y cinco años después, el Planeta es ya un auténtico vertedero, los plásticos amenazan nuestra propia existencia y si no reaccionamos a tiempo, cumpliendo con todos y cado uno de los ODS de la Agenda 2030, simplemente nos vamos a la mierda. Con perdón.