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Verano

El verano nos aprieta las tuercas y con sus rigurosos calores excitan nuestras glándulas sudoríparas sin piedad. Subir al bus ahora es una prueba odorífera de que el español cuando suda, es que suda de verdad, solo compensada por el aire acondicionado del vehículo, que a juicio de los calores que sienta el conductor, puede llegar incluso a congelarnos. Un verano caliente que se deja notar hasta en el gobierno en funciones del país y sus contactos políticos, algunos impuntuales, y fuertes calores que pueden influir en la mente de Giuseppe Grezzi para construir carriles bici incluso en la Vía Láctea.

Con el verano, se ha puesto en duda que el Imserso pueda llevar a nuestros jubilados a Benidorm. Sería fatal porque para ellos es el edén ansiado, pero si el jubilado no va a Benidorm, Benidorm va al jubilado. Así, la pasada semana el espectáculo de music-hall del Burlesque benidormí se trasladó a una barriada de Carcaixent, donde Sasha Montenegro, Alicia Casany, Israel Arnau y todo el elenco hicieron su show en la más pésima condición que se podía esperar. Un sonido deplorable, un escenario pobretón y una carpa no era lo apropiado para un lujo de vestuario, un espectáculo cuidado y la voluntad de unos artistas acostumbrados a galas de gran vistosidad. No fue, sin duda, el sueño de una noche de verano€

En esto de las galas de verano, bolos en el sentido más estricto, ha habido una sorpresa, ya que Noelia Zanón, la excelente cantante valenciana que lleva cinco años residiendo en México, donde se dice que ha logrado hacerse un nombre artístico, está anunciada en varios espectáculos rurales a celebrar en las fiestas locales. Comenzó la gira en Aldaia, y el viernes actuó en la popular urbanización «El Carambolo» de Chiva, donde se mostró en plena forma física y artística.

Duante una hora, Noelia Zanón cantó con la fuerza de su magnífica voz, mostró sus habilidades plenas de sensualidad embutida en una ceñida malla que mostraba un físico atractivo y entusiasmó al personal. Le sobró esa concesión siempre efectiva de cantar «La Maredeueta», inapropiada tras una exhibición rayana en el rock. Nueva vida para Noelia, porque recordar es volver a vivir, dicen€

Los fuertes calores del verano hacen pensar en el invierno casi con deseo. Para entonces, el teatro Olympia se convertirá en circo los días 21, 22, 23 y 24 de noviembre, y nada menos que con el aval de Emilio Aragón, que apadrina un espectáculo titulado «Circlassica» en el que se rinde homenaje al circo no político aunque la productora se denomine «Productores de sonrisas». Habrá trapecistas, malabaristas y funambulistas sobre la cuerda floja, como en el Congreso. Y música en directo trasladando al espectador al mágico mundo de Nim y Margot, el circo, que cumple 250 años en su versión moderna.

Este verano, como en todos los anteriores, la Orquesta Montecarlo hace una verdadera maratón de actuaciones. Y en este mes de agosto solo libra tres días para refrescarse y tomarse un respiro. Sus cuatro voces estandarte, Eduard Forés, Pablo de Ábalos, Lydia Salar y Mayte Garrido siguen siendo la parte más importante del gran espectáculo que ofrece la Montecarlo. Sin embargo, en Aielo de Malferit no obtuvo el refrendo de la multitud acostumbrada. Excepción que confirma la regla.

El calor del verano afecta también a la televisión. Ese «Hoy no; mañana» de TVE cae en picado y ni siquiera la presentación siempre valorada de Santiago Segura, (arrollando el verano con su película Padre no hay más que uno), salva los flojos guiones de un José Mota cuya gracia parece haber caído en desgracia. Sus parodias rebuscadas y oportunistas son muy bajas en sal, y por ello se ha producido una bajada en la tensión del programa.

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