En ocasiones me pregunto dónde acuden los miembros del Consell cuando tienen problemas de salud en verano. No creo que a la sanidad pública. ¿La consellera de Sanidad, Ana Barceló, por ejemplo, tiene alguna cita con una espera para dentro de cinco meses para que la vea un especialista? ¿Ha aguantado seis horas una mañana de agosto en Urgencias para que le atienda un facultativo sobrepasado por la presión de una sala atestada de pacientes? ¿Ha sufrido la indignidad de estar en una cama en el pasillo durante 24 horas para que la ingresen en un hospital? ¿Ha llamado la consellera por teléfono a su centro de salud y le han citado para dentro de doce días?
Me da que a ella estas cosas no le pasan, porque si le ocurriera lo que al resto de los usuarios de la sanidad pública este verano, habría tomado medidas para que no volvieran a perpetrarse. La solución está en sus manos y es bien sencilla: contratar personal sanitario para sustituir a los trabajadores que están de vacaciones en hospitales y centros de salud. Vamos, lo normal. Lo que hacen el resto de comunidades autónomas, las turísticas al menos. En la provincia de Alicante trabaja menos de la mitad del personal que está operativo habitualmente, pese a que nos encontramos con que la población se ha incrementado en un millón de personas. En vez de 1,9 millones, somos 2,9 millones en verano. En Cataluña, Galicia o Baleares, que están a tope de turismo, como nosotros, tienen el 80% del personal sanitario trabajando. No, señora Barceló, no pretendo que médicos, enfermeras y celadores se queden sin vacaciones en verano; simplemente creo que la conselleria puede hacerlo mejor y contratar personal para sustituir a quienes están de descanso estival. Si otros consejeros autonómicos lo hacen, por qué no va a poderlo hacer usted en la Comunidad Valenciana. Inténtelo, de verdad. De usted esperamos soluciones, no más problemas.
