Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Nada mejor que un escritor para retratar una sociedad. Ríete de economistas, historiadores y esos autodenominados politólogos, que no es más que la elevación académica a lo que ha sido toda la vida la barra de bar. Jonathan Coe construye el mejor análisis del Brexit en El corazón de Inglaterra, una novela brutal donde retrata cómo el tramposo lenguaje políticamente correcto resquebraja un país. Además lo hace con su sentido del humor característico. El otro día en la presentación en Barcelona del libro Estàvem cansants de viure bé de mi colega Albert Soler, Victor-M. Amela destacaba que la ironía sigue siendo el método más corrosivo contra el poder. Soler es un maestro en eso, un periodista que ejerce en Girona, donde casi todos los días coincides con algunos damnificados de tus columnas, o lo que es peor, con sus familiares y amigos. Allí ha sido capaz cada semana de ser el aguafiestas oficial de un procés alimentado solo para cubrir la corrupción de unas élites que se acostaron autonomistas y se despertaron independentistas tras una pesadilla con la justicia. Carles Puigdemont, antiguo compañero de redacción de Soler, ha pasado a ser el Vivales, en una feliz autoría suya que describe a la perfección a esos mandatarios actuales empeñados en obligarnos a hacer lo que dicen, pero no lo que hacen. Y ahí está Puigdemont viviendo de gorra en Waterloo a cuenta de los inocentes de los lacitos amarillos. Cuando aparece en una pared una pintada contra él de los indepes que le advierte de que vigile su espalda, Soler no lo denuncia ante los Mossos, sino que va al fisioterapeuta o al osteópata. Le gusta pasear los domingos por el centro de Girona y ver tantos oprimidos con el lazo amarillo por la calle, viviendo en pisos que nunca podrá comprar y conduciendo coches que nunca podrá ni tocar. Aquí también tenemos muchos Vivales por desenmascarar, algunos que en vez de dimitir cuando te han defraudado cuatro millones, encima se hacen el mártir. Como escribe Coe, no hay nada peor que un grupo de izquierdistas en plena cruzada moral cuando han visto en el horizonte a una potencial víctima.

Compartir el artículo

stats