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Será por polvorones

El que no debe pegar ojo ahora es Pablo. Lo que es la vida. La de vueltas que estará dándole a no haber agarrado las carteras durante el estío, aunque también es verdad que, tras borrarse, para él no había. Y es lo mismo pero no es igual. A lo que no afecta el impasse es a su cuenta de Twitter, tan activa que a lo que se ve es una necesidad vital de que le sigan la que tiene el hombre. Tanta, que en las últimas horas sorprendió al respetable con un aserto que nadie sabe bien a qué vino y desde el que sentenció: «Lo malo de ser tan guapo es que algunos se olvidan de lo buen actor que eres. Felicidades, Brad Pitt». ¡Fu! Dependiendo a quien sea el próximo en felicitar podrá comprobarse si el desquicie va en aumento o lo controla.

El que se ha puesto por las nubes, de entre los congelados, es el de la negociación monclovita. Es difícil saber qué otras historias pueden pasarle. Tiene más interferencias que nieve registraron los primeros telefunken que aparecieron por las casas. A los que dentro del grupo de estrategas más molones que Brad Pitt se les ocurrió poner toda la carne en el asador a favor de la repetición electoral no les cabrá los polvorones por el gaznate de tantos como vienen tragándose. Ya sentarse con Esquerra una, dos, tres veces donde haga falta -Barna, incluída- un coste tiene, pero que en el itinerario su prócer encarcelado por el Supremo reciba el amparo de la justicia europea, mientras el president de la Generalitat es inhabilitado por otro tribunal doméstico y el Parlamento abra sus puertas en Bruselas al huido Puigdemont riza el rizo del mejor guión de enredo imaginable. No es extraño que a Iglesias se le vaya la cabeza viendo que, efectivamente, esto es jólivu.

Y mientras, los otros, esos frentistas vocacionales echando una mano... al cuello hasta el punto de que la derechita ha dejado de achantarse y, subida en la montura común, ha entrado a saco. La montaraz del todo ha empezado por deslegitimar a la UE y, en plan secuela & Boris, a propagar un Spexit. ¡Sí, por favor! Es lo que nos falta.

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