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Hacia una nueva normalidad, aún más machista

El mes de mayo, será recordado como el mes de la desescalada hacia lo que se ha llamado por parte de los medios de comunicación y del gobierno como la "Nueva Normalidad". No tenemos duda alguna, ahí fuera nos espera un mundo nuevo, pero desgraciadamente, aún más machista.

El movimiento feminista lleva tiempo avisando, en momentos de crisis son las mujeres las que se llevan la peor parte. Y es que mientras éramos acusadas de ser las propagadoras del coronavirus por la manifestación de 8M, era el virus del machismo el que se expandía en miles de hogares. Mujeres que han vivido la pesadilla de estar encerradas con sus agresores. No han sido muchos los medios de comunicación que han dado cobertura a los asesinatos, violaciones, acosos y demás delitos que se han sucedido en este confinamiento. De hecho, Belén Rubido, jueza decana de Pontevedra afirmaba: "la violencia de género ha sido el delito más habitual durante el estado de alarma". Y nos preguntamos, cuando las mujeres salgan a la calle y puedan denunciar, ¿se encontrarán un sistema judicial a la altura?

Es un hecho, las mujeres estamos siendo doblemente golpeadas en esta pandemia. Y no lo decimos nosotras, lo demuestran los datos de los organismos oficiales. Mayor exposición a la violencia de género, pero también mayor exposición al propio coronavirus. Y es que el 73% del personal sanitario infectado, son mujeres. Esto se debe a que la gran mayoría de lo que llamamos "los sanitarios", son sanitarias. Y son ellas las que han estado en primera línea de la batalla.

No es casualidad, esta crisis, está llena de superheroínas. Son los sectores laborales más feminizados, los que han sido esenciales en este estado de alarma. Y también son estos sectores feminizados, como el de cajeras y limpiadoras, los que tienen las condiciones laborales más precarias. La brecha de género se agranda en episodios de crisis, y traspasa generaciones, pues un tercio de las mujeres jóvenes en España, está en riesgo de pobreza. ¿Qué panorama laboral nos espera a las mujeres ahí fuera?

Teniendo en cuenta, además, que muchas ni volverán. Pues otro, frente esencial en la crisis del Covid19 han sido las tareas asociadas a los cuidados. Cuidados, que siguen recayendo en las mujeres. Son ellas las que se han acogido a la reducción de jornada, para poder atender a las niñas/os, a las personas mayores y a personas dependientes. Ellas, las que han tenido mayor dificultad para poder teletrabajar, ellas las de las jornadas infinitas. Y es que, si finalmente en septiembre, solo la mitad del alumnado acudirá a clases presenciales, ¿quién cuidará de la otra mitad en los hogares?

Este mes salimos a la calle, y las mujeres lo hacen con mayor exposición a la violencia de género, mayor exposición al coronavirus, mayor precariedad laboral, mayor responsabilidad de los cuidados. Es panorama es desolador, y sin embargo está en nuestra mano convertirlo en una oportunidad. Demostremos que hemos aprendido algo de todo lo vivido. Es momento de aplicar medidas políticas con perspectiva de género, para garantizar no sólo el cumplimiento de los derechos de las mujeres, sino garantizar que salgamos de esta, siendo una sociedad mejor.

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