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Ejercicios para sobrellevar el confinamiento

La semana pasada les hablaba del estrés, de los estragos que está haciendo en nuestra sociedad. Un montón de patologías y, fundamentalmente, un deterioro significativo de nuestra calidad de vida. Por eso, cuando nos sintamos angustiados, inquietos, malhumorados, con miedo o pánico, lo primero que tenemos que hacer es tratar de identificar las emociones, utilizando las que nos capacitan, pues van a constituir una poderosa herramienta para alcanzar nuestro potencial más elevado.

Como ya les decía, existen numerosos ejercicios y técnicas que podemos llevar a cabo para lograr estos objetivos, que pueden ayudarnos en este aprendizaje y que van a facilitar que podamos conocernos; de esta manera, conseguiremos sentirnos bien y mantener relaciones armoniosas, con nosotros mismos, y con las personas que nos rodean. Una de ellas, muy interesante, tiene que ver con los siguientes ejercicios respiratorios. La primera etapa del ejercicio consiste en abstraerse del mundo exterior y dirigir la atención hacia el interior de uno mismo. Para lograrlo, podemos comenzar realizando, por ejemplo, diez respiraciones, lentas y profundas, inhalando el aire por la nariz, conduciéndolo hacia la zona del vientre y el estómago, y expulsándolo por la boca, realizando una pausa de unos segundos antes de que se desencadene, por sí misma, la siguiente inspiración. Después, otras diez, dirigiendo el aire hacia el pecho, en la región del corazón, imaginando como la inspiración nos proporciona el oxígeno que necesitamos y la espiración nos permite deshacernos de los residuos que ya no precisamos. A continuación, y tras varios minutos respirando de esta manera, tenemos que evocar un sentimiento de gratitud, permitiendo que invada nuestro pecho. Por ejemplo, evocar la sonrisa de un bebé al que amamos, una escena de paz en la naturaleza, o algo que nos haga sentir en paz. Y así, podemos permanecer todo el tiempo que precisemos para sentirnos en calma. Porque una vez alcanzado este estado de equilibrio, nos hallamos en situación óptima para hacer frente a cualquier eventualidad que se interponga en nuestro camino. Cuanto más lo practiquemos, más fácil nos resultará entrar en un estado de paz interior. El estrés crónico nos puede causar muchos males, pero, señoras y señores, señoritas y señoritos, niñas, niños, bebés, la buena noticia es que podemos dominarlo con diversas técnicas, por ejemplo, esta tan sencilla que tienen ante sus ojos. Ya me contarán si les resulta útil. Hasta la próxima semana.

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