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Soserías

Entrevista a don Filibustero

Empoderamiento tecnológico, transversalidad y otros tópicos

En su despacho del ministerio cuya cartera ostenta nos recibe, con gran amabilidad, don Filibustero Trenzacuentos. Viste de uniforme: pantalón vaquero con un airoso siete en el muslo derecho y otro a la altura de la rodilla izquierda; elegante chaqueta de firma sobre una camiseta negra en la que se lee en letras amarillas "stop nuclear power". Sobre la imponente mesa ministerial puede verse su face mask. Mantenemos holgadamente la distancia impuesta por las autoridades sanitarias. Don Filibustero tiene una larga trayectoria de trabajo y de servicio: ha sido durante años el responsable en su partido de la secretaría de "políticas palanca y prospectiva progresista", empeño que ha simultaneado con su profesión de influencer en Tordesillas y su comarca.

-En la actual difícil coyuntura ¿cuáles son sus proyectos, ministro?

-Mi prioridad temática -contesta sin vacilar- es la estrategia nacional de investigación e innovación I+D destinada a una especialización inteligente. Ahora bien -añade- implementada con tecnologías de la información, comunicación, sostenibilidad, competitividad global y transversalidad. No queda otra, amigo, las cosas o se hacen bien o no se hacen. Ten en cuenta que vamos hacia la nueva normalidad y que nos hemos encontrado con años de incuria, de gestión rutinaria, muy poco viable. Y, por favor, amigo, si te parece nos tuteamos.

-Gracias, ministro. ¿actúa el ministerio en colaboración con las comunidades autónomas?

-Nuestra presencialidad está garantizada en base al monitoreo constante de una economía de plataformas. Hoy es difícil acaso verlo pero estamos, como ha dicho nuestro presidente hace poco en el Congreso, ante el desafío que impone la huella digital. En este cometido no podemos descansar: en el cibermundo vivimos a impulsos de una macrogeneración de datos que está sustituyendo nuestra vivencia corpórea por otra que ¿cómo te diría? se desmaterializa en contacto con el mundo nuevo de las pantallas.

-¿Crees que el ciudadano español está familiarizado con las novedades o, por el contrario, consideras necesaria una campaña de aprendizaje?

-El escenario es distópico: por un lado está la privacidad, hoy regida por algoritmos, de otro una condicionalidad que lleva a la anonimización y a una descentralización que no puede ser neutral. Con estos bueyes tenemos que arar y cuanto antes lo sepamos, mejores y más rápidos serán los frutos. Como ves no tengo pelos en la lengua, nosotros no estamos aquí para engañar a nadie sino al servicio de unos ciudadanos que exigen -y están en su derecho- directrices éticas fiables.

-¿Te sientes, se siente el Gobierno en su conjunto, respaldado por Europa, por la Comisión, el Parlamento y demás?

-Nos ha costado hacer ver en Bruselas la calidad de nuestro empoderamiento tecnológico y ello porque acaso estamos avanzando demasiado deprisa pero comprenderás que el progresismo tiene sus exigencias y no las vamos a desatender. No puede admitirse el beneficio de unos pocos a costa del empobrecimiento de muchos, esto iría contra nuestros principios y nuestras convicciones de consumidores digitales, de consumidores de contenidos y de usuarios de aplicaciones. Con esto comprenderás que nos permitimos pocas bromas. Una cosa es la cercanía a la gente y otra olvidarnos de los efectos agregados de nuestros datos y de nuestras identidades.

-¿Tiene el ministerio garantizado el apoyo de los empresarios y de los sindicatos, es decir, se mueve en el espacio del diálogo social?

-Naturalmente, de ello me he ocupado desde el primer día consciente de que tengo en mis manos al nuevo soberano analógico y consciente de que vivimos -lo queramos o no, lo advirtamos o no- cada vez más metidos en un solipsismo que por muy on line que sea modifica a ritmo vertiginoso nuestras experiencias cotidianas creando un valor de agregación incalculable.

-Ministro, no te molesto más, gracias, sé que tienes una mañana muy ocupada.

-Así es. Vuelve cuando quieras y seguimos charlando.

Es tan amable don Filibustero Trenzacuentos que atiende con paciencia al compañero fotógrafo y nos regala, dedicados, ejemplares de su libro, recién horneado, cuyo titulo es "Una economía laboral remota y temporal". Confieso que estoy deseando que llegue el fin de semana para disfrutarlo.

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