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"Hasta el infinito y más allá"

Días atrás una amiga me regaló un pequeño talismán, un precioso símbolo del infinito que me trasladó inmediatamente a la película de animación Toy Story. Rápidamente evoqué recuerdos de aquellos valores tan sólidos que el film pretendía transmitir; una amistad tan pura entre unos juguetes ya míticos y que por aquel entonces levantaron cierta envidia y admiración entre niños y mayores.

El ser humano es un ser social y como tal precisa de un entorno de relaciones sanas y estables. Es cierto, que buscamos compañía para compartir nuestros problemas o simplemente ratos agradables y de buena conversación con nuestros más allegados. Este tipo de contacto nos nutre y evidentemente cubre una de nuestras necesidades básicas.

Todos hemos oído hablar de las dificultades y las crisis de pareja que emergieron durante el confinamiento, eso si no nos tocó vivirlas en primera persona y podríamos entonces comentar nuestra propia experiencia de los "lógicos" desencuentros originados bajo aquellas circunstancias de tensión e incertidumbre constante. Pero quizá todos también podamos ser testigos de los múltiples beneficios que nos aportó, incluso a través de la pantalla, esos "amigos de siempre", que incansablemente permanecían animándonos y estrechando de esta manera tan peculiar aún más nuestras relaciones. Sinceramente pienso que ante una etapa excepcional, como ésta de la pandemia, o ante cualquier otra adversidad que nos brinda la vida, nuestro primer mecanismo consiste en recurrir a ese amigo o amiga de confianza. No en vano, frases célebres como "quien tiene un amigo tiene un tesoro" o "los amigos son la familia que tú escoges" dejan constancia de la relevancia de contar con verdaderos amigos.

Afortunadamente conozco esta amistad sincera y sin miedo a equivocarme puedo decir que dista mucho del modelo convencional de pareja. En este tipo de amistad de la que hablo se establece un vínculo que trasciende más allá de los propios intereses, en este tipo de amistad no existen expectativas, no existe intención de cambiar a la otra persona. En esta amistad cada uno acepta al otro tal cual es y desde esa libertad, la relación se mantiene viva durante decenas de años, donde la generosidad, el amor incondicional y la honestidad se convierten en los protagonistas principales. Seguramente nos vienen ahora a la mente numerosas relaciones de pareja donde los conflictos se originan precisamente porque el apego y la falta de libertad ahogan la relación, no existe apenas espacio personal y el listón siempre se encuentra demasiado alto; esperamos mucho más de lo que la otra persona es capaz de ofrecernos y por supuesto llega la frustración, la decepción y en muchas ocasiones la ruptura.

Desde la creencia que todos queremos ser felices, no estaría de más que nos diésemos la oportunidad de pasear con los personajes de Toy Story y valorar si realmente llegaríamos "hasta el infinito y más allá" con esa persona especial que compartimos tanto. En caso afirmativo, seguro estamos viviendo una relación de amistad o pareja que nos aporta bienestar y contribuye a nuestra felicidad.

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