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Enfermeras escolares: qué pena tener que reivindicar lo obvio

Discúlpeme, señor Marzà, pero no lo entiendo. No entiendo por qué su conselleria se empeña en no reconocer una realidad tan obvia como es la necesidad de contar en los centros educativos con la figura de la enfermera escolar. El argumento que respalda esa necesidad no puede ser más sencillo: no hagamos recaer en los docentes la responsabilidad añadida de atender problemas de salud en sus colegios e institutos. Y menos, en estos tiempos.

Leo esta semana que por orden de la Conselleria de Educación, las enfermeras escolares de Pedreguer (Alicante) y Onda (Castellón) han sido expulsadas de los centros educativos , según el Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana (CECOVA). Ambos municipios, al igual que Cs ha decidido hacer en el Ayuntamiento de Sant Joan, han implantado este servicio a cuenta del presupuesto municipal -aunque la competencia corresponda a la Generalitat- ante el nulo interés que demuestra el gobierno valenciano por este tema.

Vuelvo a decir que no lo entiendo. Y más ahora, reitero, con la grave preocupación que existe entre los docentes y las familias con niños en edad escolar por el riesgo añadido de ampliar la cadena de contagios que ha supuesto el inicio del curso.

Desde Cs venimos reivindicando la implantación de la figura de la enfermera escolar desde hace años. Fue uno de los caballos de batalla de nuestro grupo municipal la pasada legislatura en el Ayuntamiento de Sant Joan y ha sido una de las acciones que desde la Concejalía de Sanidad hemos impulsado para hacerla realidad en el presente mandato, tal y como anuncié durante el pleno municipal de presupuestos que celebramos el pasado 8 de septiembre.

En la misma línea se encuentra la moción conjunta que hemos acordado con el PP en la Diputación de Alicante para instar al Consell a incorporar el servicio de enfermería escolar en los centros educativos de la Comunidad Valenciana. Solo les estamos pidiendo que asuman su responsabilidad y que no tengan que afrontar y financiar la iniciativa los ayuntamientos -con todo el esfuerzo económico que ello les supone- cuando no es un asunto de su competencia.

Mientras tanto, desde Cs haremos todo lo que esté en nuestra mano para intentar atender esta justa demanda. Porque creemos firmemente en su necesidad. Y coincidimos plenamente con la opinión expresada en este sentido desde diversos frentes, entre ellos, los colegios de Enfermería de Alicante, Valencia y Castellón y una gran mayoría de padres, madres y docentes.

La COVID-19 ha venido a profundizar en esa necesidad tan de sentido común de dejar en manos de profesionales especializados los problemas de salud de nuestros niños y jóvenes también dentro de los centros educativos. Los problemas son muy diversos. Desde incidentes que no revisten gravedad pero han de ser atendidos adecuadamente, hasta enfermedades crónicas, trastornos alimenticios, obesidad infantil, consumo de drogas o enfermedades de transmisión sexual, entre otros. Si ya defendíamos el servicio de enfermería escolar antes de originarse la pandemia sanitaria, con más convicción si cabe lo hacemos ahora.

Qué pena tener que reivindicar lo que debería ser, simplemente, obvio.

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