tribuna

Día de la Constitución

Héctor Bosch

Héctor Bosch

Hoy, 6 de diciembre de 2022, se cumplen 44 años de la aprobación de la Constitución en nuestro país. Nadie duda de los muchos avances que esta trajo a España y la ola de modernidad que supuso de la mano de muchos jóvenes que querían ver modernizar su país, pero no hay que olvidar que, la España de 1978, no es la misma que la del 2022, por ello, pongámonos en contexto.

En aquel 6 de diciembre de 1978 sólo los mayores de 21 años pudieron votar si aprobaban o no la Constitución, es decir, solo aquellos nacidos antes de 1957 podían votar. A día de hoy, (los nacidos antes de 1957) suponen un 20 por ciento de la población, por lo que la Constitución, en la actualidad, no es representativa aproximadamente de un 80 por ciento del censo español.

Entonces, si una constitución no es representativa ni de tres cuartos de su población, ¿no es hora de llevar a cabo una reforma? La sociedad actual no tiene la misma idiosincrasia ni las mismas demandas que la España de hace 40 años. Hoy vivimos en un contexto en el que la única certeza es la incertidumbre. Acabamos de salir de una pandemia que ha dejado graves secuelas sociales; estamos haciendo frente a una crisis climática que está afectando a nuestro modelo de producción y, por si fuera poco, estamos ante la situación internacional más tensa desde la guerra fría. A esto hay que sumar además, que algunos artículos de la actual Constitución han demostrado no ser eficaces a la hora de gestionar o reconocer la plurinacionalidad de nuestro país (he ahí el desafío soberanista catalán). La sociedad española actual y su situación son muy distintas a las de hace 40 años y por ello, es urgente que se abra un debate sobre una nueva Constitución actualizada a las exigencias y a los desafíos de la actualidad. En este sentido, los jóvenes tenemos mucho que decir y es importante que seamos una parte fundamental de este proceso como los actores del futuro que somos.

Son muchos los debates que se deben abrir, pero sería necesario que una renovada Constitución se moviese en los siguientes ejes. Regeneración democrática: proponiendo listas abiertas y desbloqueadas como también límites de mandatos a las legislaturas políticas. Social: blindando y asegurando una inversión mínima en pensiones, sanidad y educación. Plurinacional: reconociendo la riqueza cultural de nuestro país y estableciendo un modelo territorial más descentralizado y federal para acercar las políticas a la ciudadanía. Por último, una visión feminista y ecologista, para proteger y asegurar todos los derechos conseguidos en las últimas décadas y seguir avanzando en los mismos.

La juventud lo tiene muy claro, y más de la mitad de los jóvenes quieren ser preguntados por esta cuestión. No hay mensaje más poderoso que decirle a la gente que haga su propio país. Por ello, necesitamos de políticos ambiciosos y valientes que escuchen y permitan a las futuras generaciones diseñar y construir su propio futuro.