REFLEXIONES

La Unesco de los encuentros

Alejandro Mañes

Alejandro Mañes

Un año más, el Centro Unesco València ha cerrado el ejercicio por su presidente Rafael Monzó, y el coordinador José Manuel Gironés, presentando el trabajo realizado por la XVIII Multaqa de la fraternidad, Rutas Marítimas de la Seda y del Grial, que nos llevó desde la casa Mayans de Oliva, hasta Malta, con el propósito de continuar extendiendo la labor realizada con otros Centros Unesco del Mediterráneo sobre la situación de los derechos humanos.

La Multaqa, trata, desde sus comienzos, de ser un encuentro por la paz, una decidida apertura, desde la cultura cristiana, hacia otras religiones, como la judaica o la del Islam, que se ha ido ampliado hacia el budismo o el bahaismo, avanzando en el respeto de los derechos humanos.

La Unesco actúa para conseguir la realización de los objetivos de las Naciones Unidas, orientados a reducir el porcentaje de personas que viven en la extrema pobreza, así como para lograr la universalización de la enseñanza primaria y la supresión de las disparidades entre sexos en la educación.

Igualmente, pretende ayudar a los países que lo necesiten a elaborar sus estrategias orientadas al desarrollo sostenible para invertir la actual tendencia de pérdida de recursos en el medio ambiente. Asimismo, y fundamentalmente, persigue crear las condiciones favorables al diálogo entre civilizaciones, culturas y pueblos, para que ese diálogo se base en el respeto de los derechos humanos.

Tras la participación del Centro Unesco València en el congreso la Alianza de las Civilizaciones, tuvieron lugar diferentes encuentros, que tuvieron lugar en Santa María de la Valldigna, participando valiosos intelectuales, que trataron de reflexionar sobre cómo, mediante el diálogo, se debe recorrer el único camino posible para la plena efectividad de los derechos humanos, fomentando la comprensión mutua y la interculturalidad, y estableciendo los mecanismos políticos, legislativos y jurídicos necesarios que garanticen su salvaguarda.

Se persigue de este modo sensibilizar a la opinión pública en la edificación de la paz en la mente de los hombres, según el lema de la Constitución de la Unesco, de impulsar los instrumentos de la cultura y la solidaridad, y procurar la adscripción política y el compromiso económico de los poderes públicos y de la sociedad civil, que llevó a la firma en el año 2000 de la Declaración de València de Deberes y Responsabilidades de la Humanidad, por iniciativa de Federico Mayor Zaragoza, ex director general de la Unesco.

El Centro Unesco València a través de la Multaqa, encuentro de culturas, ha pretendido, desde su nacimiento, poner de manifiesto la difusión de los valores de las diferentes culturas para conseguir la paz. Así, en la edición de 2012, hace ya diez años, la Multaqa, rindió cumplido homenaje a la mujer, que en muchos de los países ribereños se encuentra maltratada, con el lema, «Mujer, mediterráneo, y paz». El Mediterráneo, que tanto atrajo al gran historiador Fernand Braudel, desde la concepción cultural en la búsqueda de la paz.

Pueblos, todos ellos, bañados por el agua de un mismo mar, contribuyen, a través de sus diferentes procedencias, a forjar esta identidad común, desde sus diferentes orígenes, como sucedió, hace siglos, cuando los navegantes fenicios trajeron el primer alfabeto encontrado en Ugarit, Oriente Medio, hasta esta orilla distante del Mediterráneo, al igual que las familias nobles valencianas, Vilaragut, Centelles, dan testimonio de la historia que transcurrió hace siglos y que, sin embargo, nos vino a situar en orillas alejadas.