Las científicas cuentan

Diversidad y Metaverso ¿Misión imposible?

Diversidad y Metaverso  ¿Misión imposible?

Diversidad y Metaverso ¿Misión imposible?

Nuria Lloret

Nuria Lloret

Todos hemos oído hablar del metaverso últimamente, sobre todo desde que una conocida influencer hablo del «nanosegundo en el multiverso»

¿Sabemos realmente qué es el llamado «Metaverso»?

El concepto de metaverso apareció por primera vez en 1992 de la mano del escritor estadounidense Neal Stephenson. En su novela Snow Crash describió una especie de espacio virtual colectivo compatible y convergente con la realidad. Así que el término tiene la friolera de 31 años de vida.

En la actualidad cuando describimos espacios inmersivos o de metaverso estamos hablando más de diversas tecnologías aplicadas, sobre todo basadas en la Realidad Extendida (Realidad aumentada y Realidad Virtual) y en la inteligencia Artificial, que en productos concretos y plataformas comercializadas como tales. Estas tecnologías deben ayudarnos a tener una experiencia inmersiva digital lo más cercana a la realidad posible, pero ¿ustedes creen que en el futuro más inmediato vamos a poder conversar con nuestros amigos y familiares sin necesidad de representarnos tal como somos en la vida real? Actualmente ya lo hacemos, los videojuegos desde hace muchos años nos permiten interactuar entre nosotros con avatares, pero ¿Realmente podemos elegir libremente cómo queremos ser representados en el mundo digital? No realmente. Solo podemos ser digitalmente lo que nos permiten elegir después de un diseño fisiológico creado y desarrollado por perfiles claramente sesgados hacia un usuario muy determinado. En el mundo de los videojuegos más comerciales, con un público eminentemente masculino, el diseño de los avatares está totalmente enfocado por los intereses y gustos de los jugadores. Las empresas desarrolladoras hacen estudios exhaustivos sobre el tipo de características fisiológicas que deben tener los personajes de sus juegos que no son jugadores reales: los llamados NPC (Non Playable Character) o PNJ (Personaje No Jugable). Mediante AI (Inteligencia artificial), analizan los avatares más usados, como son diseñados por sus usuarios y mediante esos datos ofrecen a los usuarios múltiples posibles combinaciones aplicables a los avatares seleccionados.

Gran parte del problema sobre el diseño de estos entornos, así como de nuestros avatares o «identidades digitales» radica en la falta de perfiles diversos en las plantillas de desarrolladores de las empresas que diseñan estos productos. Ya hace años que se habla de la falta de talento femenino en las carreras STEM, pero realmente no solo falta talento femenino, lo que realmente falta es diversidad en toda su amplitud. Tener más visiones a la hora de desarrollar entornos inmersivos podría dar otros modelos de experiencias digitales, pero si no salen de las aulas difícilmente los podremos tener posteriormente en las empresas.

La diversidad en los equipos puede ayudar a crear espacios más inclusivos, así como a la creación de avatares menos sexualizados y más diversos, lo cual seguro que nos podrá ayudar a minimizar estos llamados «peligros digitales».

La diversidad molesta en el mundo analógico, lo vemos día a día en las noticias, agresiones continuas a todo lo que no está dentro de los cánones de la mal llamada «normalidad». Hay muchas diversidades en nuestro mundo analógico, raciales, sexuales, funcionales porque en el mundo real no podemos desprendernos de nuestro cuerpo físico, aunque podamos transformarlo o mimetizarnos con el entorno para no sufrir. Pero ¿pueden imaginarse un mundo futuro donde todos podamos ser diversos contínuamente porque no estemos atados a un cuerpo físico real ¿Levantarnos por la mañana y ser una joven que hace ejercicio en un gimnasio? ¿Salir del gimnasio virtual e ir a recibir una clase en el metaverso de la escuela con un avatar que sea parecido a Einstein porque vas a dar una clase de física? Y finalizar el día en una exposición virtual con tu amigo que analógicamente está a miles de kilómetros y pasear con su avatar y tu avatar como lo hacíais antes, pero con una fisonomía totalmente diferente.

A muchos les preocupa cómo podremos certificar la autenticidad de los usuarios para tareas digitales que requieran de la autentificación de los usuarios. Los metaversos del futuro estarán desarrollados totalmente con tecnología bockchain, de lo cual actualmente muy pocos disponen, y esto nos permitirá certificar la autenticidad de quien realiza la acción, aunque esté digitalmente representado por una gallina, una cafetera o una forma no morfológica.

Pero dicho todo esto ¿Hemos recapacitado y pensado como sociedad los límites y los márgenes que vamos a necesitar para relacionarnos en estos entornos?

Estamos entrando en la 5ª revolución industrial donde la IA nos va a traer grandes avances, pero, como cualquier tecnología, puede ser usada de forma positiva o de forma negativa y está en nosotros la capacidad de poner límites o de crear los entornos seguros que deseemos para nuestras futuras relaciones digitales.

La tecnología nunca fue buena o mala per se, somos nosotros los humanos los que la hacemos crucial o letal para nuestra propia supervivencia.