Llenemos la plaza

Roca Rey, el torero que centra todas las miradas, vuelve a València el 17 de marzo con el objetivo de colgar el cartel de "No hay billetes". La apuesta de Paco Ureña y el debut de Tomás Rufo ilusionan a la afición

Andrés Roca Rey

Andrés Roca Rey / Manuel Lorenzo

Jaime Roch

Jaime Roch

Leí hace unos días a Guillermo Sureda Molina en su extraordinario libro Tauromagia que un aficionado al toreo es aquel que busca la perfección del toreo y espera encontrarla seis veces en cada corrida de toros. Se trata, según Sureda, de un iluso, de una persona que, como diría Jean Cau, cree en los Reyes Magos. Y lanza la siguiente pregunta: ¿No es bonito cada tarde, a eso de las cinco, sentirse niño, saber que la plaza es una caja de sorpresas, pensar que el torero tiene, sobre su talante lógico, algo así como el don del prestímano?

La imagen del «No hay billetes». Todo el papel vendido. Lleno. La reventa, mirando de reojo la presencia de la policía, haciendo su agosto. Esa imagen de la plaza de toros de València llena hasta la bandera. La gente prendida de la grandiosidad del arte de torear.

Y es que esta feria, la taquilla dictará sentencia en el coso de la calle Xàtiva. Ya lo hizo el año pasado: no se llenó la plaza en todo el año pero esta temporada confiemos en que el cartel de «No hay billetes» será el título definitivo que marcará la salud de la afición taurina en València. Aunque los precios de las entradas no ayuden, un año más, a ello.

De momento, un torero centra todas las miradas: Andrés Roca Rey. Un joven de 26 años que ya cabalga sobre una ola de popularidad que todo lo arrastra. Es la gallina de los huevos de oro que ahora mismo incita a ir a la plaza de toros a aquellos que no son taurinos o a aquellos que hace tiempo que dejaron de serlo por unas razones u otras. Y este año vuelven a los tendidos por él. Toda España ha tenido la oportunidad de verle torear, de verle en carne y hueso aguantar estoico las embestidas. Y València tendrá la oportunidad de emocionarse con él el viernes 17 de marzo junto a Emilio de Justo y Pablo Aguado, una terna que apunta directamente al cartel de «No hay billetes».

Paco Ureña durante una salida a hombros en la Feria de Julio de València

Paco Ureña durante una salida a hombros en la Feria de Julio de València / Kai Försterling

El triunfo de Roca Rey se debe a que se aparta de la inacabable monotonía en que está sumido el toreo actual. Su personalidad dotada de una potencia expansiva considerable tiene un tirón único. Y es inevitablemente el hijo predilecto de la afición valenciana tras sus triunfos recientes: a puerta grande por año.

Paco Ureña encabeza la apuesta de la Feria de Fallas. Dos tardes de altura en su regreso a su ruedo talismán. Su sinceridad descarnada en la entrevista que hay detrás de estas páginas impacta por la declaración de intenciones y su amor al toro bravo. Demuestra que el toreo es precisamente una serie de esfuerzos y destrezas donde el hombre tiene que poner su vida en juego para dominar con suficiente frecuencia los contramiedos instintivos del animal. Al fin, se ha hecho justicia después de conquistar la cima del toreo en 2019. Y su suerte será la de todos.

Tomás Rufo es el diamante del serial. La esperanza de las Fallas. Su debut el día del regreso de El Juli a València ilusiona. Y más todavía cuando lean la conversación mantenida en la ganadería de Alcurrucén: «Quiero ser el torero de València», expresa.

Para que se produzca genuinamente ese preciso acontecimiento que llamamos toreo es menester que el animal procurado tenga la llamada bravura. Ganaderías de primer nivel como Victorino Martín, Victoriano del Río o Jandilla pondrán la materia prima al servicio de todos. Solo falta que la mecha del toreo se prenda definitivamente en València, una ciudad taurina por historia y toreros nacidos en ella aunque muchos no lo quieran. Porque la bravura es la mejor pólvora. Suerte y al toro.

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