tribuna

Jóvenes con enfermedades psicóticas: los parientes pobres de la asistencia psiquiátrica

Ana Muñoz Hernando

Ana Muñoz Hernando

La Unidad de Salud Mental “Font de Sant Lluis”, dependiente del Departamento de Salud “Dr. Peset” de Valencia viene desarrollando, gracias a la iniciativa y determinación de los diversos profesionales que lo integran, un Programa de Atención Temprana de Primeros Episodios Psicóticos. Sus beneficiarios son adolescentes y jóvenes, pues es en esas etapas de la vida cuando suelen diagnosticarse las enfermedades psicóticas.

Estos programas de atención temprana surgieron a finales del siglo pasado en Australia, y han ido extendiéndose paulatinamente a los países más avanzados.

La causa de su éxito radica, como es fácil adivinar, en que el diagnóstico y tratamiento precoz mejoran notabilísimamente el pronóstico; y en su consecuencia, en términos económicos supone un ahorro de recursos sanitarios a medio y largo plazo, pero también de recursos sociales a largo plazo; a la vez que se facilita la integración sociolaboral de las personas diagnosticadas. Como familiares de pacientes de este Programa damos fe de los magníficos resultados obtenidos.

En España, sin embargo, solamente alguna Comunidad Autónoma los contempla oficialmente con la correspondiente organización administrativa, personal y presupuestos. Esta circunstancia pone de relieve el mérito de las Unidades de Salud Mental que, a pesar de la falta de recursos específicos, ponen en funcionamiento dichos programas.

Como ciudadanos y familiares de personas con enfermedades psicóticas, nos parece inadmisible la falta de medios en las Unidades de Salud Mental para desarrollar los programas de primeros episodios psicóticos conforme a los estándares de las guías clínicas aceptadas por las sociedades psiquiátricas mundiales y la precariedad en la que se desenvuelven allá donde existen, como es el caso de la mencionada Unidad de Salud Mental “Font de Sant Lluis”).

Por otro lado, deploramos que se esté desaprovechando el revulsivo que podría suponer la creación, el 22 de abril de 2021, del Comisionado de la Presidencia de la Generalitat Valenciana para el Plan Valenciano de Salud Mental, Drogodependencias y Conductas Adictivas en el contexto covid-19.

Este Comisionado comenzó a rodar contando con una convención ciudadana de 70 personas elegidas por sorteo (sic) entre quienes mostraron su interés por formar parte de ésta; una comisión de 11 expertos y una comisión de seguimiento integrada por 17 profesionales. Han trabajado con él, además, cerca de 40 especialistas.

Dos años después, el fruto tangible de la labor del Comisionado se concreta en un Plan de acción de salud mental para el período 2023-2026. Se trata un extenso documento (714 páginas), en el que han participado diversas entidades y órganos especializados, cuya relación completa ocupa cuatro páginas, lo que da idea de la amplitud de entidades convocadas. Y sin embargo, no se contó con profesionales que trabajan en programas de atención temprana a la psicosis

La tarea de tan gran y cualificado equipo en la elaboración del Plan se plasma en ocho grandes áreas de actuación, todas importantes. Pero brilla por su ausencia cualquier mención al desarrollo de Programas de Primeros Episodios Psicóticos. Tampoco queda concernida la Memoria económica que le acompaña, pese a contemplar la paulatina creación de 1.316 plazas de profesionales, con un coste total superior a 260 millones de euros.

Nuestra preocupación trasciende a la mera condición de familiares de personas con esta patología. Pues es un hecho constatado que los cuadros psicóticos, muchas veces asociados a las adicciones a sustancias, está igualmente creciendo de forma alarmante entre la población joven. El carácter crónico de dichas enfermedades, así como el elevado número de casos no solamente constituye un problema de salud pública, sino también social, tanto por su repercusión en las familias como en el coste -en términos laborales, económicos y de exclusión- para toda la sociedad. La positiva experiencia desplegada por la Unidad de Salud Mental “Font de Sant Lluis” nos lleva a reclamar:

Más medios.

Una dotación de suficientes medios materiales y humanos. Pues no parece deseable que el esfuerzo e iniciativa sostenida por ese equipo de trabajo, que va más allá del cumplimiento estricto del deber que tienen encomendado como profesionales de la salud mental, no se vea auspiciado con un adecuado apoyo institucional.

Unidad de Salud Mental.

La extensión, por estricta aplicación del principio de igualdad, a todas los Departamentos de Salud del territorio valenciano, sin que su implantación dependa solamente de la iniciativa de los profesionales de cada Unidad de Salud Mental.

Y terminamos con una última reflexión ¿A qué se debe esta postergación? Quienes padecen psicosis en cualquiera de sus manifestaciones, siguen sufriendo un estigma social: no provocan empatía, no son simpáticos. Una campaña de mentalización social, mantenida en el tiempo, puede ser un buen medio para revertir la negativa percepción de esta clase de enfermedades mentales.

También firman este artículo Juan Luis Serrano Sánchez, Tatiana Marhotska, Cecilia García Marco, María José Perez Igual, Paco Pons Alfonso, Antonio Hernández Santodomingo, Esperanza Rangel Lorente, Roberto Blasco Ballester y Francisca Aroca García. Todos familiares de personas con enfermedades mentales.