La columna
Sumar al PSOE
Las elecciones generales del 23 de julio han significado un paso más hacia la consolidación (a mi juicio imparable) de un escenario en el que el PSOE liderará una coalición al estilo Sumar. Para ello, el partido de Sánchez tendrá que dejar atrás definitivamente un discurso bipartidista al que todavía se aferró durante el debate del 9 de julio y buena parte de la campaña, y que casi nos cuesta a todos (especialmente a todas) un gobierno de ultraderecha. Al contrario de lo que trató de hacer Zapatero, Sánchez no se mostró orgulloso de la novedad de su gobierno de coalición. No se presentó como el potencial representante de una España progresista y plural, sino como el candidato del viejo PSOE, de una formación que, a su pesar, no tuvo más remedio que gobernar con Unidas Podemos y pactar sus iniciativas parlamentarias con Bildu y ERC. Lo cierto es que Sánchez debería entender cuanto antes que su mayor activo es y será el de encabezar una coalición federal entre las fuerzas progresistas de la España plural, una coalición para la que el federalismo sea el medio y el fin, en el que la cooperación constante entre el centro y la periferia, entre las comunidades y el estado central, sean el alfa y el omega.
Mientras Sánchez recorría España enfundado en su chaqueta de pana durante las primarias socialistas que ganó en 2017, posiblemente no imaginaba que su mayor gloria consistiría en abrazar un federalismo que transformará no sólo España, sino el PSOE. Por sus cualidades personales, pero también por su precariedad orgánica dentro de un partido en el que no deja de ser un parvenu, posiblemente no exista ningún otro dirigente capaz de completar esta misión. Los resultados de las elecciones del 23 de julio no refuerzan al PSOE del bipartidismo; al contrario, dicen que el PSOE deberá integrarse en Sumar… o en algo parecido. Esa es la única España que quiere y a la vez puede gobernar (pues los dos partidos mayoritarios podrían ir en coalición, sin duda, pero por suerte ni Sánchez ni sus votantes lo quieren). Así que un PSOE a la cabeza de una plataforma federal es el único proyecto claro, moderno y bien definido que tiene el futuro de España. Todo lo demás significaría insistir en una ambigüedad que no ayuda a clarificar los problemas de este país, ni sus soluciones.
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