tribuna

Apuntes sobre Santiago Grisolía

Javier Quesada

Javier Quesada

Hoy hace un año que nos dejó el profesor Grisolia a punto de cumplir los cien. Es momento oportuno para recordar algunos episodios de su larga vida y celebrar la fortuna para los valencianos de haber contado con sus iniciativas.

Un rasgo fundamental de la fuerte personalidad de don Santiago fue que siempre confió en sí mismo a lo largo de su exitosa trayectoria profesional. Perseguir un sueño que le llevara donde fuera necesario para no desaprovechar ninguna oportunidad. Siguió el consejo de su profesor y mentor, el doctor García Blanco, y tomó el rumbo de los Estados Unidos para terminar su formación e iniciar su vida como investigador. Un país que había salido reforzado de la segunda guerra mundial consciente de las crecientes ventajas que ofrecía la ciencia no solo para ganar una gran contienda sino también para ganar la paz.

Como él contaba a menudo, la primera vez que consideró regresar a España al inicio de su carrera, se percató de las dificultades y trabas que entrañaba y decidió esperar y continuar su carrera investigadora en los Estados Unidos. Como cualquier investigador que se precie, esta actividad exige la máxima movilidad geográfica para alcanzar sus sueños, lo que le llevó a Nueva York, Chicago, Madison (Wisconsin) y finalmente Kansas City (Kansas).

Don Santiago decía que había tenido la suerte de caer en un campo de la ciencia de reciente creación, la bioquímica, en un momento en el que los especialistas eran muy pocos, se conocían todos, y apenas cabían en un autobús. Los grandes hallazgos científicos sobre el origen de la vida esperaban a ver quién los desvelaba, fruto de una carrera impulsada por la curiosidad y también por la competencia entre los laboratorios que querían ser los primeros en publicar sus resultados. Grisolía participó de muchos de los descubrimientos de aquellos años que dieron más tarde lugar al nacimiento de las biotecnologías.

Las relaciones profesionales y personales que tejió en su etapa de investigador básico le permitieron a don Santiago, a su regreso a España, contar con la capacidad de atracción del interés de sus colegas, muchos de ellos reconocidos con el Premio Nobel, para organizar seminarios de alcance mundial y de abrir la posibilidad para que muchos españoles se formaran en universidades norteamericanas. Regresar a su tierra es siempre un esfuerzo personal que compensa la inversión educativa que realiza el país de origen porque le aporta modernidad y una visión internacional que es muy necesaria. De ahí que los Premios Rei Jaume I establezcan en las bases que hay que medir las aportaciones realizadas por los candidatos, nacionales o no, pero hechas en España.

Quiso don Santiago introducir en España la experiencia estadounidense de estrechar la relación de las empresas y los empresarios con la actividad científica. Por eso creó la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados con los empresarios y profesionales más destacados de principios de la Transición. La FVEA defendió la cultura, trabajó por el progreso de la sociedad y el apoyo a la ciencia, creó instituciones de prestigio como la Cátedra de Eméritos o el Centro Reina Sofía para el estudio de la Violencia, organizó ciclos de conferencias, charlas y publicaciones y creó lo que más se estimaba, los Jaime I.

Hace un año que tomamos el relevo de una tarea inacabada. La de impulsar la ciencia, la tecnología y la empresa, en un país en el que todavía no alcanzan el reconocimiento que se corresponde con su grado de desarrollo. Son tres pilares sólidos sobre los que construir una sociedad justa y avanzada. Sólo así se podrá fortalecer la soberanía tecnológica y económica de España y de Europa para afrontar con mayores garantías los cambios geopolíticos a los que nos enfrentamos en los últimos años y para reducir nuestra dependencia de países que no nos inspiran ninguna confianza. Don Santiago estaría orgulloso de saber que su esfuerzo al volver a España valió la pena y que continuaremos sus iniciativas para mejorar la vida, la cultura y la felicidad de los valencianos, así como del resto de los españoles.