Hogar

Instalaciones de la vieja fábrica de Benimaclet donde malviven los migrantes ghaneses y africanos. | GERMÁN CABALLERO

Instalaciones de la vieja fábrica de Benimaclet donde malviven los migrantes ghaneses y africanos. | GERMÁN CABALLERO / josé miguel vigara. valència

Elena Vecino

Elena Vecino

Hogar es el espacio donde habita tu familia, el olor de una comida, el tacto de un abrazo. Hogar es un territorio, cerrar los ojos para escuchar el mar, una tormenta de verano. Hogar es seguridad, es felicidad, es sosiego.

Pero Hogar también es recuerdo.

La primera noche sin casa, ¿te imaginas? Las calles dejan de ser camino para ser destino. La culpabilidad, el remordimiento y el miedo te atraviesan y las promesas de cambio inundan tu cuerpo. La sociedad te ha dado la espalda y todos tus problemas ahora se mezclan con miradas desde arriba, con ser invisible, con hacerte sentir que eres menos que el resto.

Hoy se conmemora el día internacional de las personas en situación de sinhogarismo. Más de 40.000 personas viven sin un techo seguro en España. Un 25% más, según el INE, que hace 10 años.

¿Los motivos principales? Perder el trabajo, la inaccesibilidad de una vivienda o migrar en busca de una nueva vida. En definitiva, causas que no son decisiones individuales sino responsabilidades colectivas. Causas que son fruto de un mundo que constantemente aboga por modelos desiguales que vulneran los Derechos Humanos. Causas que son evitables.

Al igual que si hablamos de que una persona es alta, baja o inteligente, cuando decimos que una persona es “pobre”, lo planteamos como si fuera una característica (adjetivo) propia de la persona (sustantivo). Acompañando al verbo “ser” -y no al “estar”-, hablamos de la pobreza como algo innato al individuo que la sufre, en vez de mostrarla como una construcción social e histórica. Un constructo que es consecuencia consciente de nuestro modelo de vida.

Derechos Humanos

El empobrecimiento sistemático de la población, junto con el fomento de una ilusión de que desde el esfuerzo individual todo puede cambiar, no es más que un caldo de cultivo perfecto que mantiene el statu quo. Aceptarlo significa pasar por alto que las oportunidades que tienes, dependiendo de la casa en la que naces, influyen en tu crecimiento; que el rol que ocupas en la sociedad afecta en tu camino prometido hacia el éxito; que el “Estado del Bienestar” en el que vive el Norte global no es posible sin la vulneración de los Derechos Humanos, sin la esclavitud, sin el extractivismo, sin la desigualdad social.

Bajo una mirada global, Hogar, también es recuerdo.

Decía Ngũgĩ wa Thiong’o que en las “fisuras de la riqueza y la pobreza (…) reside la gran paradoja de que la producción es claramente global, pero la apropiación de los productos es inequívocamente privada.”

Huertas junto a viviendas de Benimaclet

Huertas junto a viviendas de Benimaclet / German Caballero

Infinidad de personas son despojadas de sus territorios diariamente, por el simple hecho de vivir sobre asentamientos rentables para el mercado. Hogares que ahora son plantaciones de café, minas, hidroeléctricas, campos que producen “energía limpia”. Hogares que eran familia, ahora son empresas lucrativas que cambian terrenos ancestrales por trabajo asalariado. Hogares incompletos, criminalizados, amenazados, encarcelados, exiliados y asesinados.

Guatemala

En el caso concreto de Guatemala las personas defensoras de la tierra son consideradas enemigas del Estado. Las demandas del consumo han sido brutalmente antepuestas frente a las comunidades originarias. Cientos de líderes y lideresas comunitarios se enfrentan a procesos judiciales por defender su derecho a no especular con su Hogar. Se ha atacado al activista, a la prensa libre, a los operadores de justicia.

Sólo durante el año 2020, cuando el país estaba en fase de confinamiento, se registraron 1.055 agresiones en contra de defensores y defensoras de Derechos Humanos, de las cuales hubo 31 intentos de homicidio resultando en 17 asesinatos. Actualmente decenas de abogados, abogadas, fiscales, jueces y juezas se encuentran encarceladas por encabezar la lucha contra la corrupción y la impunidad en el país.

Con el objetivo de sensibilizar sobre esta situación, Fundación por la Justicia organiza anualmente jornadas de visibilización de activistas que luchan por la defensa de los Derechos Humanos. Este octubre estaremos denunciando las vulneraciones que acontecen en Guatemala con la mirada puesta en los operadores de Justicia.

Acercando sus voces conseguimos transformar cifras en vidas, en familias, en comunidades; realidades desgarradoras que de repente tienen rostro; historias que mucho tienen que ver con nuestro consumo, manera de vivir y, en definitiva, con nuestro Hogar.