la columna

"Sánchez nos echa del Gobierno"

Ángela Labordeta

Ángela Labordeta

Fue exactamente con estas palabras: «Sánchez nos echa del Gobierno», con las que la líder de Podemos y exministra de Igualdad, Irene Montero, se despedía de su cargo antes de pasar la cartera a la nueva titular de este ministerio, Ana Redondo, profesora de Derecho Constitucional y exconcejala de Cultura y Turismo en el Ayuntamiento de Valladolid. Sin duda la cartera de Igualdad es la que más expectativas ha creado, porque todo el mundo sabía que Sánchez no iba a permitir que Irene Montero siguiera en el cargo después del pulso que mantuvieron tras la aprobación y consecuencias penales de la ley del solo sí es sí y Podemos sabía que o era ella o no era nadie, así que las palabras de Irene Montero no son del todo ciertas y lo que reflejan es que ni unos ni otras han entendido bien qué está sucediendo y qué puede suceder en el futuro inmediato: Unidas Podemos sigue sin darse cuenta de que ya no son los niños del 15M y que en la política tus actos y tus disputas te preceden y son los que finalmente marcan tu destino y los del PSOE y Sumar tampoco han entendido que fraccionar a la izquierda es ir bajando peldaños para que otros, la derecha y la ultraderecha, los vayan subiendo, como acabamos de ver en Argentina.

Es cierto que Irene Montero erró y también lo es que acertó, porque su presencia molestaba y mucho a aquellos hombres que siguen entendiendo la sociedad como una fórmula para preservar sus derechos y acciones y por eso determinados comportamientos y discursos de las mujeres les molestan, ya que en el fondo y en el principio lo que les molesta es que ellas estén allí ocupando cargos que antes ocupaban ellos, interpelándoles y denunciando sus eternos privilegios. Pero todo eso poco importa cuando se pierden los papeles y en lugar de esperar a que la levadura fermente por sí sola tras mezclarla con la harina, se procede a manosearla una y otra vez intentando demostrar -a la levadura y a la harina- que por sí solas no podrán y entonces los ingredientes se pervierten y ya no hay ningún resultado digno. Eso es un poco lo que les ha pasado a Podemos y al PSOE, que ambos han intentado manosear las razones del otro, sin entender que ambos actores eran necesarios, por encima de los nombres concretos, para que la sociedad prospere en progreso y cierta concordia.

Ahora simplemente queda una herida en Unidas Podemos que tardará en cerrarse o quizá nunca se cierre y sería bueno que entendieran que Sánchez no las ha echado del Ejecutivo, lo han hecho ellas solas y con sus tajantes y poco solidarios argumentos.