PSPV. Ya toca un/una socialdemócrata al frente

Juan Vicente Cosín

Juan Vicente Cosín

Como señala el socialista y compañero, Ión Antolín Llorente en “Noches de Poder”, 2019, Ed. Circulo Rojo, y director de comunicación en Ferraz, referido a procesos de elección internos: “La política es un juego en el que se luce la camiseta de un equipo y se lleva debajo la del contrario, por si acaso […]”  

Quienes participamos desde la médula de nuestro ser en la socialdemocracia española e integramos sin complejos las filas del actual PSOE a nivel nacional y del PSPV a nivel autonómico sabemos que uno de los motivos por los que nuestro partido existe más de 143 años es por no depender de quien sea el líder, sino de los principios y valores que defiende, proclama y abandera el partido. 

 En el PSPV, en particular, siempre ha existido una grave carencia a la hora de reconocer y otorgar el correspondiente ascenso a los políticos según su auténtica valía. Existe un enorme gradiente entre lo que se dice y lo que después se practica, con una falta atroz de honestidad con la sociedad valenciana, a la que se supone servimos y hasta con su propia militancia de la que se sirven sin miramientos ni respeto a nuestras normas y reglamentos, sobre todo en procesos internos de primarias, como ocurrió en septiembre de 2022 con la precandidatura a la alcaldía de Valencia por parte del Secretario de Organización, compañero José Muñoz Lladró.  

Si queremos un partido político fuerte, cohesionado, sólido, moderno, riguroso, eficiente, honesto y solvente es imperativo un cambio de actitud desde los cimientos oxidados. Menos lecciones de política y más humanidad. Resulta vergonzoso y avergonzante que se hayan producido dos aplazamientos de la convocatoria de la ejecutiva del PSPV para encauzar un artificial y aséptico proceso de “más de los mismos” que propugna Ferraz.  

Todos recordamos que el “Ferraz” actual no tuvo un solo apoyo por parte de las mentes dirigentes del PSPV, las mismas que hoy pululan por ese “Ferraz” que denostaron sin complejos. Nadie duda que “Ferraz” alcanzó estar de nuevo en Ferraz (valga la redundancia) gracias al voto de la militancia. Esa misma a la que intenta privar de votar, aglutinando las candidaturas en torno a una sola, la suya, eliminando la posible participación democrática de la militancia, que este “Ferraz” llama confrontación, pero que no dudó en utilizar a su favor y en contra del anterior aparato. 

Vamos a analizar cada candidatura, desde la perspectiva del Trabajo Social realizado por cada una. A medida se profundiza resulta espeluznante la falta de previsión política de sus acciones. Solo se vislumbra el afán personalista de los compañeros que desean estar al frente de los socialistas valencianos.  

Veamos la opción de Alejandro Soler, quien opta por mostrar la fortaleza que irradia su candidatura. Esa actitud equivale a iniciar una senda peligrosa sin, previamente, exhibir de forma razonada argumentos de más calado ideológico, renovación y adaptación a la nueva era que invade nuestra sociedad. En esta candidatura se observa como flaqueza una alarmante falta de previsión política. Si Alejandro Soler tenía decidido su asalto al PSPV, resulta incomprensible que no se presentara para Les Corts, escenario donde presentar batalla ante Carlos Mazón. Como socialista me resulta incomprensible que alguien pretenda presentar batalla a distancia. Esa incongruencia me traslada al mercadeo político del que todos debemos huir. Muestra de ello es su disposición a una bicefalia. Única candidatura que la menciona, lo que demuestra que estar en el Congreso de los Diputados tiene sus motivos. Por tanto, mi evaluación arroja el resultado “inhabilitado” para liderar el PSPV. 

Segundo, la candidatura de Carlos F. Bielsa sonroja a cualquier militante que sienta nuestras siglas como forma de vida. Alguien que aspira a cohesionar, a liderar una organización donde el respeto a sus órganos electos debe primar, no puede actuar en contra del poder establecido como hizo Bielsa junto a Alejandro Soler en el asunto de “listas electorales” y pasar por encima de Ximo Puig, legitimo SG del PSPV. Por otro lado, no olvidemos que Bielsa jamás apoyó al “Ferraz” actual, antes de volver a Ferraz. Sin embargo, lo que inhabilita su candidatura es su falta de calidad humana mostrada en la Diputación de Valencia. Alguien que prefiere someter a los valencianos a políticas de Vox, en lugar de progresistas, no puede hablar ni representar a un solo socialista valenciano.  

Por último, resulta muy curiosa la actitud de Diana Morant, quien ni afirma ni desmiente. Ella jamás ha apoyado a “Ferraz”, hasta que Ferraz la nominó (estilo Oscar) para ministra. Que Morant afirme que aceptaría liderar el PSPV en candidatura única y sin debate es actuar como Núñez Feijóo tras la destitución de Casado. Diana, compañera, las formas importan mucho en política, al igual que el lenguaje no verbal. Los socialdemócratas somos amantes del debate. Mi conclusión es que Morant hará lo que ordene (sugiera) “Ferraz”, no como persona dócil y obediente sino más bien, por su estrategia del mínimo esfuerzo, lo que la inhabilita para liderar el PSPV. El liderazgo se gana a pie de calle, día tras día, no solo de dedo. 

En cuanto a la actual delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, quien jamás ha apoyado a “Ferraz”.y que resulta tradición, prefiero no emitir juicio de valor, debido a conocer perfectamente sus labores en el Ayuntamiento de Valencia. 

Aunque no se postula, estimo que merece respeto, admiración y también exigencia, me refiero a Ximo Puig. Ha sido digno y honorable president de la Generalitat. Recién iniciada la pasada legislatura y sin nadie pedirlo dio su palabra de retirarse tras la misma. No cumplió. Es preciso que demuestre su humanidad y que sabe corregir errores. 

Por favor, deja abierto, no cierres al salir, que corra el aire fresco. 

Tenemos grandes referentes. Emplazo a la militancia a través de grupos de whatsApp a buscar y a postular personas de gran valía, solvencia y nivel socialista como Manolo Mata, Gloria Calero, Vicent Soler, etc. Ya toca un/una socialdemócrata al frente.