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El ibicenco Vicente Valero reúne a tres poetas capitales „San Juan de la Cruz, Hölderlin y Pessoa„ en El arte de la fuga, un libro sobre la fe en las palabras

Luna políglota en torno a la primera y última presentación de El arte de la fuga en Valencia, la novela del ultramarino Vicente Valero (Eivissa,1963), inspirada en la técnica del contrapunto de Bach con la historia de tres sujetos capitales. Y poetas. Uno va descalzo, el otro es de linaje, y el tercero tiene varios nombres. Una cartografía con coordenadas en España, Alemania y Portugal (Dublín, Durban y el Cabo de la Esperanza están de paso de la mano del Tao). Se trata de San Juan de la Cruz, Hölderlin y Pessoa, el que decía por boca de Caeiro que «todo vale la pena cuando el alma no es pequeña».

La santísima trinidad de la poesía: el padre, el hijo, y el espíritu del poeta alemán, que acabó demente. Terna con todas sus siglas, del micro al macrocosmos. Tigre, vaca y paloma. Trío de ases a la misma altura («todos ganan, ¿hay que elegir?, leemos a los tres y los tres nos ayudan»), si bien en perspectiva se ve a San Juan siempre y por delante porque gana el que más ama, «porque amaba más allá de lo que podía amar». Como la madre, más que el padre. Tres que llevan prendidos al Salomón de El Cantar de los cantares (San Juan), a Píndaro (Hölderlin) y a uno mismo (Pessoa). Un conjuro del poeta Valero, todo entero, que aúna el don de la oportunidad, ese esforzado azar, con el vislumbre de lo superior teñido de un café en cuyos posos se leen designios para los mortales, entre el ruido y las palabras que oscurecen la luz natural. La presentación en terna imponente junto a Juan Arnau (El efecto Berkeley) y Manuel Arranz (Pornografía), convocados por Periférica en la librería que incluye la sección Love Llull. El arte de la fuga sobre tres poetas capitales (no confundir con el arte de la fuga de capitales a través del arte) se abre con otro gran predictor de nombre Walt, apellido Whitman: «Mundo, entérate bien: se desvanece la plata de las estrellas». Leer las cañas en el horizonte.

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