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Arte que documenta la vida misma

El artista muestra su contramapa de Valencia, señalizando una red de resistencias urbanas

Camisetas deportivas dedicadas a urbes degradadas

Lo que el célebre crítico e historiador del arte Hal Foster llamó por primera vez «arte de archivo» (archival art) hace más de una década puede tener cualquier extensión en el espacio y en el tiempo, buena cuenta de ello da la obra de Martha Rosler, expuesta hace tan solo unos meses en diálogo con la visión de Josep Renau sobre los conflictos bélicos bajo el título Tristes Armas en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM).

En rigurosa coherencia con su recientemente renovado programa expositivo dado el cambio de dirección del centro hace menos de un año, Valencia se suma a la tendencia a las exposiciones de arte de archivo con una aguda crítica de la cultura y la sociedad contemporánea como es la del artista malagueño Rogelio López Cuenca.

Su calidad, atractivo y función didáctica responden a un discurso y unos objetivos precisos; López Cuenca ha trabajado en la elaboración de contramapas, alteritinerarios y señalizaciones intrusas en ciudades como l´Hospitalet, Mataró, Roma, Lima, São Paulo, México o Málaga, recorridos extramuros de la historia oficial, centrados en el análisis de la exclusión, las ausencias, la arquitectura de los vacíos, machismos, hipocresías y ocultaciones. Ahora, en un autocomisariado junto a Teresa Millet, pone una selección de dicho material en contraposición al generado a base de recopilar información de nuestra ciudad, elaborando así un controvertido mapeo de las problemáticas que nos rodean.

La exposición Radical Geographics, individual de López Cuenca en la Galería G6 de la segunda planta del IVAM desde el 7 de octubre de 2015 al 31 de enero de 2016, traza una constelación-ensayo a partir de trabajos realizados desde finales de los años 90 hasta la actualidad en su mayoría colaborando con otros artistas, estudiantes e investigadores de distintas disciplinas en ciudades de Europa y América con la particularidad de incorporar la documentación de una cartografía crítica en proceso sobre Valencia en esta etapa de lo que podría considerarse un work in progress.

Lo urbano como concepto clave de la experiencia moderna del mundo, lo que sucede dentro de la ciudad y cómo lo viven sus ciudadanos es crucial para el artista, es su primordial objeto de estudio y así se percibe, quiere ir contra el establishment, lo deja claro. Sin embargo es obvio que la reflexión ha de traspasar los muros del museo y la tarea del artista quedaría en agua de borrajas, diluida de forma repentina, si no transformase en algo al visitante que transita la sala y contempla la obra, una obra que requiere mucha atención, pararse en el detalle, leer, agudizar la vista y el ingenio a fin de captar las ironías de la historia. Invita, a todas luces, a mirar alrededor.

Vinilos, notas a bolígrafo, apuntes, fotografías, fotocopias, obra gráfica, vídeos y dos pantallas con acceso a la web y plataforma virtual del artista integran la muestra a modo de gran instalación que sucede en paralelo a una serie de encuentros vinculados desde abril de 2015 a partir del taller No/w/here Valencia organizado con la colaboración de la Facultad de Bellas Artes de la UPV, representada por un grupo de alumnos momentáneos de López Cuenca que han ayudado a identificar esos puntos candentes de nuestro entorno tales como el propio centro de arte, el Cabañal, la especulación inmobiliaria, los desahucios, la arquitectura icónica, las Fallas y la huerta.

En resumidas cuentas esta propuesta expositiva nos hace ver las semejanzas y diferencias de nuestros asuntos locales comparativamente con los de otras ciudades mientras se erige contra idea de ciudad-marca y los macroeventos propios de una época que la mayoría desea dejar atrás. El artista muestra su contramapa de la ciudad de Valencia señalizando con pictogramas lo que denomina una red de resistencia hilvanada por movimientos como Salvem el Cabanyal o Salvem l´Horta, movimientos ciudadanos, iniciativas espontáneas que han conseguido no pocos logros hasta la fecha y que, sin duda, formarán parte de un archivo muy especial, el de la historia de una Valencia cuyos habitantes, con su desobediencia, su disidencia, la expresión de sus malestares y preocupaciones, han provocado cambios geográficos y políticos en toda regla. El arte, una vez más, documentando la vida misma.

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