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Popceptual

Parece (aunque estas cosas si no se rastrean no se acaban de saber) que fue Quico Rivas quien recogió el término «popoide» que por lo visto lancé en algún momento en referencia a mi quehacer y que, recientemente, retomaría en otro texto Vicente Jarque. Si como todo indica (y no voy a dudar de lo dicho por ambos críticos) la expresión es mía, me van a permitir que reniegue de ella.

Supongo que sería pronunciada o escrita por primera vez en tono jocoso, si no hilarante, o bien para quitar hierro al asunto (el que fuese). El tono habitual a veces en conversaciones sobre arte entre gente que, comme il faut, no suele caer en la trampa de tomarse en demasiado en serio a sí misma. Pero, estrictamente, «popoide» tendría los sentidos que les otorga el sufijo, similares a los del prefijo «pseudo»: falso pop, supuesto pop, vagamente pop, como mucho; y entonces vendría como anillo al dedo no a esas obras de aire o inspiración pop, sino a aquellas otras que mostrando tal vez una sartén de freír huevos de las que regalan en La Razón, no son pop sino costumbrismo (o algo peor).

Así hay artistas que se sienten pop sin serlo, con lo que tampoco pasa nada, también hay tipos que se sienten arquitectos del futuro sin serlo, porque el futuro aún no ha llegado (y no llegará hasta que no haya coches voladores, como todo el mundo sabe). Pero los artistoides (fíjate, el sufijo) no quieren estar a la intemperie y prefieren una etiqueta bajo la que cobijarse. Pero lo que voy a proponer aquí más que por ellos lo hago por la academia, para que se estudie en Bellas Artes, no te fastidia. Aún hay otros que van más allá y aseguran que su pop es «conceptual», lo que comúnmente viene a significar que una serie de imágenes vistosas vienen trufadas de chistes malos. Por empezar creo que habría que ir abandonando el término «pop» que ya va para 60 años y empezar a decir «Neopop» (si es que es nuevo), Postpop (si parece posterior), Afterpop (Id.) o Transpop (si es que realmente va hacia algún sitio). Estos nombres más recientes (40 años) ya me parecen mejor. En cuanto al pop conceptual, dejando a un lado a los de los chistes malos y la frescura momificada, esa si me parece una buena idea y que además está en el aire, pero yo (y para abreviar) lo llamaría «Popceptual», palabra de etimología improbable ya que una de las dos raíces que la componen queda demediada y medio perdida.

El Pop, el Pop de verdad, el histórico, es uno y trino: está el pop americano, para muchos «El Pop», el pop inglés y el Nuevo Realismo, cajón de sastre donde caben desde el maestro Klein a Tinguely, reparador de bicicletas. Este pop del que hablo, el Popceptual, aunque apropiándose de formas americanas interpenetradas por el gusto por la palabra y su concepto, o al revés (cocktail en el que según Jarque sale perdiendo el concepto y ganando el arte), realmente también parece tener flecos en común con pop ingleses o con el outsider Oivind Falström.

Ni voy a citar aquí a los que contribuyen a que todo eso esté en el aire ni tampoco a mí mismo y allegados. A los primeros no, ya que si olvido a alguno se va a cabrear (y a lo mejor si lo nombro también), y tampoco a los otros no sea que otra vez tenga que desdecirme. Y resumiría diciendo que lo que subyace a todo esto que el Popceptual vendría a ser el manierismo de la Era Pop. Manierismo Pop.

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