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Ya es primavera en Intramurs

Ya es primavera en Intramurs

En esta tercera edición, el festival de arte urbano del centro histórico ya no necesita presentación en Valencia. Consolidado por la excelente acogida del público en la anterior edición, este año el festival apuesta por la madurez otoñal de algunas propuestas, con importantes artistas invitados de la talla de Carles Santos, Pere Noguera o Valentín Torrens, pero también por la primaveral frescura, pues incluye, junto a ellos, a varios artistas jóvenes que hoy empujan fuerte. En algunos casos con provocadores proyectos como el de Abel Azcona, que ofrecerá públicamente su cuerpo, previamente anestesiado hasta la indefensión por la ingestión de ketamina, para el libre disfrute sexual de quienes gustan consumir prostitución y/o abusar sexualmente de quienes se encuentran en momentánea -o permanente- situación de desamparo.

En otros casos se ha buscado esa frescura a través del contraste cultural. Es el caso de la jornada brasileña en la que Antonia Wallig y Marcia Braga, llegadas directamente desde el Porto Alegre del mítico Foro Social, habrán presentado, cuando este escrito sea publicado, sus interesantes experiencias artísticas relacionadas con el arte de la participación, tan de moda, ahora mismo, por aquí. Me refiero al proyecto Vila Flores, una experiencia de recuperación arquitectónica colectiva que ha sido seleccionada en la actual Bienal de Venecia de Arquitectura, o el Festival Vizinhança, evento centrado al igual que Intramurs, en la activación a través de las herramientas del arte y la cultura de espacios ciudadanos en desuso o infrautilizados. Introducción que habrá estado acompañada de una «oficina» o taller práctico a través del cual se habrá podido experimentar, de forma práctica y sensitiva, su peculiar metodología participativa basada en el uso de tecnologías afectivas como el abrazo. Otro interesante proyecto que llega desde Brasil es el Grude pela Democracia, una «pegada colectiva» de cartelería y obra gráfica, articulada por Janice Martins, junto con otros artistas brasileños, que en la edición de este año empapeló simultáneamente las calles de veintiséis ciudades de Brasil, llenándolas de arte en forma de gritos de protesta contra el Golpe de Estado blando que destituyó a la presidenta democráticamente elegida. Una pequeña selección de aquellas obras estará «ilustrando» en estos momentos, si la autoridad y el tiempo lo han permitido, los escalones de acceso al IVAM. También de la mano de Martins nos ha llegado una de las propuestas más alegres y sensuales de esta edición: el Jardín en movimiento. Una eco-performance en la que, dirigidos por la artista -cuya vestimenta incluía un tocado de plumas de la Amazonia junto a más de un centenar de flores comercializadas en Valencia-, una veintena de colaboradores voluntarios transportamos otros tantos maceteros móviles. Un trayecto que partía desde el Solar Corona (un espacio verde autogestionado de forma asamblearia desde hace más de cinco años) hasta la plaza de la Virgen, para construir allí, entre todos -personas, artefactos rodantes y plantas-, un emotivo espacio de eco-reflexión sobre temas ambientales y paisajísticos desde una perspectiva postcolonial. Una intervención espacial, de carácter procesual, que se había iniciado una semana antes con la recogida diaria de las frágiles cajas de fruta que cada día desechan los vendedores del Mercado Central. Con ellas se construyeron los maceteros rodantes que acompañaron nuestro paseo, proporcionándonos una divertida -y emotiva- experiencia de walking art que concluyó con la distribución entre el público de doscientos cincuenta plantones de especies autóctonas. Una suma de actividades que, en su conjunto, proponen una suerte de primavera emocional que esperamos sirva para llenar de color y vitalismo nuestro europeo otoño cultural.

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