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Ausencias que son presencias

Ausencias que son presencias

¿Notamos más la presencia de alguien cuanto más ausente está? ¿La ausencia es realmente antónimo de presencia o podríamos incluirlo entre sus sinónimos? ¿No es cierto que cuando alguien se nos ha ido, un familiar, un amigo, un referente, incluso cuando por fin ha salido de nuestras vidas, un hecho, un nefasto jefe, una mala amistad, está reiteradamente presente en el devenir de nuestras vidas? ¿No es verdad que su imagen vuelve una y otra vez?

La gramática, y también Epi y Blas, a toda una generación de niños y niñas nos enseña que lejos es lo contrario de cerca y que vacío se contrapone a lleno. Con el tiempo, sin embargo, vamos viendo que la realidad no es tan simple ni tan gramaticalmente exacta. De este vacío que es presencia habla esta muestra colectiva titulada Ausencias que les invitamos a descubrir desde estas líneas. Consideremos, por ejemplo, las estupendas fotografías de Eduardo Nave. Encerrados en esos fríos muros de piedra, bajando a sus lóbregos sótanos, elevando la mirada hacia el tragaluz que ilumina la escalera, convivieron en su día cientos de presos. Se trata de la antigua cárcel de Segovia -que algunos ya tuvimos ocasión de conocer gracias al magnífico trabajo de la también fotógrafa Ana Teresa Ortega-, aunque lo cierto es que el nombre y lugar es lo de menos: podemos imaginar cualquier otra institución penitenciaria dedicada a encarcelar a hombres y mujeres por sus ideas políticas o por encontrarse en el «bando equivocado». Oímos el vacío por donde se cuela el viento pero también, como dice el comisario de esta muestra, Antonio Jiménez, escuchamos las voces en el olvido y percibimos la presencia de aquellos que recorrieron sus pasillos de camino a una cuneta, una fosa o, con suerte, al cementerio.

Ausencia de color es el trabajo que presenta Rodríguez Silva. Sin embargo, sus pinturas en blanco y negro dan una idea del peso que sus múltiples significados, como la oscuridad frente a la luz, los pensamientos negativos frente a los positivos, el recuerdo y el olvido, tienen sobre nuestras vidas.

De recuerdos que se desvanecen por mucho esfuerzo que hagamos por volver a reconstruir las voces de los ausentes, su risa, sus gestos; de fotografías que van perdiendo las siluetas, y de tonalidades que acaban por no ser más que manchas grisáceas trata el trabajo del joven artista gaditano Martínez Bellido. El vacío queda duramente reflejado en el borrado de los rostros. Paisajes urbanos en su mayoría habitados por familias, amigos y parejas que buscaron tener un recuerdo, «inmortalizar» el momento: qué palabra más poco exacta cuando somos conscientes de que el tiempo lo borra todo, que nada perdura y que nuestra ausencia solamente será presencia mientras haya alguien que nos recuerde.

Un micrófono en medio de un escenario desnudo, instrumento habitualmente utilizado por algunos para perpetuar su presencia con discursos vacuos, acompaña una serie fotográfica en la que unas expresivas manos parecen estar aleccionándonos. Es el proyecto con marcado cariz político que expone el sevillano Francisco Reina, tan actual en esta era trampista, digo trumpista.

Y junto a él, un collage de Andreas von Gehr donde se conjuga la fotografía, el papel y la pintura, una suerte de presencia total y completa, didáctica, agobiante casi, donde nos recuerda a modo de mantra que «no hay olvido ni pena ni miedo ni€».

Ausencias es, pues, una colectiva donde se dan la mano diferentes disciplinas como la pintura y la fotografía, y donde no falta tampoco el vídeo. La presencia y la ausencia, los miedos infantiles cuando se apaga la luz de la habitación, la noche y el día, el orden y el caos están presentes en este stop-motion realizado por el colectivo de artistas León, Cociña & Atallah, con unos estupendos dibujos en los que unos personajes de poseída voz a lo Golum nos hacen partícipes de sus miedos infantiles.

Me permitirán que comparta con ustedes esta personal preferencia por las exposiciones de -buen- comisariado donde una temática común aúna a un grupo de artistas, en principio, con recorridos y obras muy dispares. Nos parece, por otra parte, una estupenda idea la colaboración entre distintos espacios de arte. Les deseamos que fructifique.

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