Las danzas vuelven a tomar, un año más, las calles de Guadassuar. El municipio se sumerge durante seis noches en la «Setmana de Danses»; una fiesta que aspira a ser declarada Bien de Interés Cultural y en la que, tanto asociaciones como grupos de amigos, realizan los bailes tradicionales con una indumentaria confeccionada por ellos mismos. Pero los integrantes de las comparsas no son los únicos protagonistas de la fiesta. Los vecinos suponen una parte fundamental de ella, pues son los encargados de engalanar y acondicionar las calles que acogerán las danzas. Una tarea que se ha convertido en toda una costumbre y que llena de colores la localidad.

Los preparativos se realizan cada día en una calle diferente, las cuales son escogidas previamente por los «festers». A primera hora de la tarde, muchos vecinos empiezan a decorar las calles con gran cantidad de tiras de plástico de colores o banderines que se colocan de una fachada a otra a lo largo de la vía. Además, elaboran farolillos con materiales llamativos que iluminarán las danzas durante la noche. Los colores y la iluminación serán decisivas para decidir el premio que se otorgará a la mejor calle. «Aquí no hay nadie que ordene lo que tienen que hacer los danzadores, 'festers' o vecinos. Cada uno sabe cuál es su faena, y nosotros, cuando llega el momento, preparamos toda la calle para que esté lista para la danza. Esa es la idiosincrasia de la fiesta», relató un vecino de la localidad.

La participación de los vecinos no sólo se centra en la decoración de la vía. Las puertas de las casas se abren de par en par a lo largo de la noche para invitar al resto de vecinos del municipio. Desde la plaza Mayor de la localidad, las comparsas que danzan durante la noche realizan una pasacalle previo desde el interior del municipio hasta el exterior, pasando por la calle escogida y engalanada para la ocasión. Un proceso que, posteriormente, se efectúa de forma contraria.

De esta forma, la calle decorada está lista para acoger las danzas que comienzan a las 23.00 horas.