Los arrozales de la comarca tienen este año un aspecto muy diferente al del año pasado. Las quemas de la paja del arroz, autorizadas por la conselleria, han dado un respiro a los campos, que no se han visto afectados por una cantidad tan elevada de materia orgánica como en años anteriores, donde se perdió gran parte de la cosecha, lo que ha permitido que la afección de la falta de oxígeno, conocida como anoxia del agua, se reduzca drásticamente. De hecho, desde la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), se estima que la anoxia se ha reducido en un 90 % en la mayoría de las parcelas afectadas, lo que permitirá que la cosecha aumente en un 10 % respecto al pasado año.

Y es que, tras la mejora, la producción podría ser incluso superior por el excelente año hidrológico. Sin embargo, otra enfermedad visible ha frenado esta expansión. Se trata del hongo pyricularia, una afección considerada como la principal enfermedad del arroz debido a su amplia distribución y su poder destructivo que este año se ha visto beneficiada por la prohibición del triciclazol, el principal agente para combatirla, por parte de la Unión Europea. Este hongo ha malbaratado sobre el 10 % de la superficie arrocera en la comarca, sin contar la zona donde la anoxia ha vuelto a ahogar las plantas. No obstante, en aquellas parcelas que no se han visto afectadas por ninguna de estas patologías los arroceros aseguran que el grano del arroz ha salido muy salo y con calidad.

Eliminación de la paja

Desde el sindicato AVA-Asaja indican que la quema de la paja es «el camino a seguir», aunque instan a la administración pública a buscar alternativas para retirar la paja y evitar la acumulación de materia orgánica en los campos. En este aspecto, según asegura Minguet, la conselleria debe de invertir en una forma de eliminar la paja, pues «con la quema no se reduce la materia orgánica, solo se impide que aumente». La mejor solución, según detalla el sindicato, sería extraerla de los arrozales.

Por el momento, los arroceros todavía no tiene la autorización para proceder a la quema de la paja este año, aunque es bastante probable que se vuelva a llegar a un acuerdo tras los buenos resultados del curso anterior. No obstante, a poco más de un mes del periodo en que deberían empezar las calcinaciones, las negociaciones se encuentran paralizadas, según indican desde el sindicato. En este aspecto, AVA-Asaja también comenta que les gustaría que Medio Ambiente tuviera un control más exhaustivo de las quemas, para evitar las calcinaciones no controladas y la vulneración de los acuerdos establecidos.