La Conselleria de Educación reconoce que los patrones de conducta de la profesora que impidió a un niño de nueve años salir al patio durante siete meses por no entregar un trabajo de música, incumplen la legislación. «No es aceptable. Todo alumno o alumna tiene derecho a disfrutar del periodo de descanso diario durante la jornada lectiva sin tener que realizar actividad académica alguna», recoge la resolución oficial a la que ha tenido acceso Levante-EMV en exclusiva. La docente del centro educativo de Alzira reconoció en una entrevista mantenida durante la Inspección Educativa haber castigado al menor, aunque matizó que fue de forma esporádica y no durante el tiempo que habían denunciado los padres. Asimismo, la dirección del colegio confirmó que el niño había permanecido en clase en todo momento con la maestra. «La medida adoptada con el estudiante, consistente en la permanencia en el aula realizando ejercicios pendientes de una materia, no forma parte del Decreto 108/2014, en el que se analiza la convivencia en los centros sostenidos con fondos públicos y los derechos y deberes de padres, madres, tutores, tutoras, profesora y personal de administración y servicios y alumnos y alumnas», recoge el escrito.

Los padres consideran que desde el Consell se ha tomado una «decisión salomónica» y aseguran que denunciarán el suceso al Juzgado de Guardia, pidiendo el amparo del Ministerio Fiscal. «El proceso que se ha seguido ha sido inquisitorio. Nadie se ha puesto en contacto con nosotros y solo se ha entrevistado a una parte. Con una sola versión han decidido tomar una decisión. De todos modos, hay una vía abierta y yo quiero que se haga justicia con mi hijo, para que estos casos no vuelvan a ocurrir. Ellos han hecho un abuso de superioridad y nadie se ha preocupado por la víctima», reconocen los progenitores del afectado.

Bajo vigilancia

Independientemente de las acciones de los padres, la Conselleria de Educación realizará un seguimiento al centro de la comarca a través del inspector jefe territorial con el objetivo de que no vuelvan a implantarse los mismos castigos. Y es que el menor de nueve años estuvo desde octubre de 2017 sin poder jugar ni relación con sus compañeros. La pareja se enteró del castigo a través de terceros y tras corroborarlo con demás compañeros, decidieron presentar una queja formal. «La labor de un profesor es enseñar. Es mérito suyo estimular a los jóvenes. Tiene que tener claro que la prolongación en el tiempo de esta penalización no va a tener nunca ningún efecto», sentenciaron.