La sala 3 de la Audiencia Provincial de València ha hecho pública la sentencia del caso que se seguía contra Sergio G. B. por el intento de asesinato al conocido empresario de la construcción de Cullera Ernesto Marí. Por decisión unánime del jurado se ha sentenciado al agresor a once años de prisión, nueve de ellos por intento de asesinato y dos por conducción temeraria. Además, cuando el agresor abandone la prisión deberá cumplir durante diez años un alejamiento de 500 metros sobre el agredido. Al final los jueces han fallado, por unanimidad, como intento de asesinato, por lo que consideran que el agresor intentó matar a Marí a golpes de martillo y después intentó atropellarlo cuando se encontraba en el suelo sangrando.

Los hechos sucedieron el pasado 9 de mayo de 2016 cuando el presunto agresor, de 47 años de edad en aquel momento, llegó con su coche a unas obras que estaba realizando el agredido y al reconocer a Ernesto Marí se detuvo a su altura, se bajó y martillo en mano se acercó a él con el paso acelerado.

Después de propinarle diversos golpes con el martillo en la cabeza, la víctima trato de huir pero las graves lesiones provocadas le dejaron malherido, consiguiendo alejarse apenas unos metros del lugar de los hechos. Una vez en el suelo, el agresor intentó atropellarlo con su vehículo, aunque no lo logró por la ayuda de dos compañeros de trabajo que intercedieron para evitar que la agresión fuese a mayores. Como consecuencia de esa intervención en defensa de la víctima, uno de los hombres recibió también un martillazo, aunque, por fortuna, en su caso las heridas fueron leves.

Gracias a esa actuación, Ernesto Marí pudo iniciar la huida, dejando un rastro de sangre tras de sí. Al ver que se alejaba, el agresor entró en el coche, lo puso en marcha y fue tras él para atropellarlo, aunque en el último momento fracasó en su intento de rematarlo, como al parecer era su intención, según coincidieron los testigos presenciales.

Mientras Marí caía al suelo y sus amigos llamaban a emergencias pidiendo una ambulancia de urgencia, Sergio condujo hasta el cuartel de la Guardia Civil de Cullera, donde se entregó mientras confesaba el intento de homicidio.

Sin embargo, no llevaba ya consigo el martillo, por lo que agentes del instituto armado peinaron la zona donde ocurrió la agresión para tratar de localizar la herramienta empleada en el intento de homicidio.

Mientras, la víctima era evacuada en una ambulancia del SAMU al citado centro hospitalario, donde tuvo que ser intervenido de urgencia debido a las gravísimas lesiones sufridas durante la brutal agresión.

Ahora, ante esta sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de València, se podrá cursar una apelación al Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.

Satisfacción del agredido

Ernesto Marí mostró su «satisfacción por la sentencia, ya que deja constancia que fue un caso de intento de asesinato y no un intento de homicidio como pedía la fiscalía. Estamos contentos porque en realidad consideramos que se ha hecho justicia».