La Ribera estará presente en el equivalente a los Juegos Olímpicos del arte floral. La carletina Lina Roig representará a España en la competición que organiza la firma Interflora, con presencia en todo el mundo, cada cuatro años y que en esta ocasión se celebrará a inicios del próximo año en Filadelfia (Estados Unidos). Allí se enfrentará a más de una veintena de países y a unas pruebas de los más exigentes. El objetivo: convertirse en la mejor florista del mundo.

La Copa del Mundo de Arte Floral de 2019 se enmarcará dentro del Philadelphia Flower Show, que se considera la feria de flores y plantas más importante del mundo, por tanto, la cita competitiva también lo es. «Es el evento más importante de nuestra profesión», aseguró Roig, que añadió: «Están invitados todos los países del mundo y veintitrés ya han confirmado su asistencia. Y allí estaré yo compitiendo en representación de España con mi equipo». Roig viajará a Filadelfia junto a un equipo de profesionales que a la vez son sus amigos, aunque ella los considera prácticamente de su familia.

La gran final del evento es el 3 de marzo, pero la florista carletina ya trabaja de cara a la competición. «Para tres de las pruebas estamos obligados a llevar las estructuras desde el país, así que ya estamos diseñando las estructuras y estudiando los materiales que utilizaremos», explicó. No obstante, el arreglo se realizará en Filadelfia, en uno de los puestos que la organización del concurso habilita para cada participante. Un jurado compuesto por varios profesionales de distintos países juzgará los trabajos, que serán cinco, en un principio. «Los tres que llevamos diseñados desde aquí versan sobre temáticas diferentes; uno de ellos tendrá que ser una alegoría de la arquitectura gótica; otro será un ramo de mano inspirado en el trabajo de Paul Cézanne; mientras que el tercero consistirá en decorar una mesa para dos personas bajo la temática del amor», reveló Roig. Asimismo, deberán someterse a unos retos en forma de cajas sorpresa, en las que deberán realizar un trabajo sin conocer los detalles del mismo hasta el mismo día de la prueba. El jurado evaluará las pruebas y solo cinco países llegarán a la final.

No será sencillo, pero la carletina demostrará la habilidad que ha adquirido tras muchos varias décadas en el negocio y, sobre todo, tras años de formación. Con 16 años ya tenía claro que el mundo de las flores era su pasión, pero no se conformaba con cualquier cosa. «Yo no quería vender flores solo por vender. No quería ser solo la florista del pueblo, quería dar un paso más y especializarme. Era consciente de que podía tener un cierto ingenio, pero quería conocer nociones técnicas. Pero en 1985 era algo muy complicado», aseguró. Aquel mismo año abrió su negocio.

Un sector en expansión

Por aquel entonces, la Escuela Valenciana de Arte Floral era la única opción de formación que existía, aunque la situación ha cambiado mucho: «Es un mundo que ha crecido mucho, ahora se ha visto que en los grados de Formación Profesional de Jardinería también se pueden enseñar nociones de floristería. Los jóvenes con inquietudes por este sector pueden recibir una formación académica y, además, existe la posibilidad de que se especialicen en escuelas», arguyó Roig.

La florista de Carlet obtuvo la titulación que le permite ser docente y, además, se incorporó a la red de la firma Interflora. Durante años ha participado en competiciones e incluso ha colaborado en su organización, pero ahora le toca afrontar su reto más grande.