La regulación de las colonias felinas en el ámbito urbano tras el convenio de colaboración firmado con la protectora local Lacua ha llevado al Ayuntamiento de Alzira a modificar la ordenanza de animales de compañía para autorizar que se pueda alimentar a los gatos en la vía pública a través de voluntarios debidamente acreditados, que también se encargarán de la limpieza del lugar donde cada día se deberá dejar el pienso. La ordenanza en vigor establecía la prohibición de dar de comer a los animales en la calle y, especialmente, depositar comida para animales abandonados. La modificación aprobada anoche por el gobierno municipal (Compromís, PSOE y EU) introduce una excepción a esta restricción: las personas debidamente acreditadas que colaboran en el control de las colonias de gatos, que podrán alimentar a los animales en los espacios habilitados.

La propuesta contó con la abstención del PP y el voto contrario de Ciudadanos, que denunció que la ordenanza contraviene la ley autonómica de animales de compañía. La portavoz del grupo, Mª José Llopis, concluyó con un «no queda otra opción que trasladarlo al Fiscal de Medio Ambiente».

El alcalde de Alzira, Diego Gómez, mostró su sorpresa por la reacción de Ciudadanos ya que, según expuso, la única modificación que se introducía era la relativa a las colonias felinas mientras que el resto de la ordenanza está en vigor muchos años «y en toda la legislatura no han dicho nada», indicó.

La ordenanza establece que las colonias felinas son grupos de gatos vagabundos que viven en un mismo lugar «que son contabilizados, esterilizados, desparasitados y alimentados de forma regular por personas que además de vigilar su estado de salud mantienen limpia la zona».

Mª José Llopis criticó el retraso en regular las colonias felinas y denunció que la excepción que se introduce para que estos voluntarios con carné puedan alimentar a los gatos «castiga a los perros vagabundos», ya que se mantiene la prohibición de que puedan ser alimentados en la calle cuando, a su juicio, estas personas también podrían facilitarles comida. La edil de Cs valoró como un «despropósito» varios aspecto de la ordenanza y, en particular, que reduzca a la mitad los veinte días que establece la ley autonómica antes de sacrificar a un animal recogido en la calle por lo que acabó cuestionando que el gobierno municipal «se llene la boca» con la declaración de Alzira como ciudad amiga de los animales.

Diego Gómez reprochó a Cs que su voto en contra de la modificación entraba en contradicción con su valoración del retraso en regular las colonias y, tras criticar a Llopis que no hubiera expuesto sus valoración antes del pleno, defendió que el tripartito suprimió los festejos taurinos y las competiciones de «tiro y arrastre» en su política de defensa de los animales.