Dentro de toda persona hay un pequeño héroe que ansía entrar en acción, pero no todo el mundo puede sacar de su interior el valor necesario para exteriorizarlo. A Rubén Gil valentía no le falta. El utillero de la UE l'Alcúdia,que sigue los pasos de Españeta y es más conocido en la población como «Primo», rescató a una mujer de noventa años y con principios de Alzheimer de lo que podría haber sido una muerte segura ya que la manta eléctrica con la que se resguardaba del frío se incendió debido a un cortocircuito.

Los hechos ocurrieron a primera hora de la mañana del lunes, alrededor de las 8,30 horas, en una de las zonas menos transitadas de l'Alcúdia. «Yo estaba haciendo mi trabajo, repartiendo cartas, cuando llegué a un callejón y empecé a escuchar: '¡Socorro, me quemo!'», relató a Levante-EMV. Al detectar el humo, se apresuró a alertar a una vecina para que pusiera el suceso en conocimiento de las autoridades mientras él buscaba la manera de salvar a la anciana que demandaba auxilio.

«Yo quería hacer algo por ella», prosiguió con su relato, «No sabía cómo estaba la situación de humo o fuego, pero tenía que ayudarla. Lo primero que hice fue preguntar si podía caminar y como me dijo que sí, le dije que intentara abrirme la puerta de la calle, así yo podía entrar a por ella».

Contado parece sencillo, pero el propio Rubén reconoció que tuvo ciertos problemas para comunicarse con la nonagenaria, que a su incipiente enfermedad se le sumó la ansiedad típica que padecería cualquiera que se ve involucrado en un incendio. «Noté que no entendía del todo lo que yo le pedía y se lo tuve que explicar varias veces», aseguró el utillero, que añadió: «Finalmente parecía que me comprendía, pero me abrió un poco la ventana, un trozo muy pequeño, yo ni siquiera llegaba a meter la mano para abrir la puerta desde dentro».

Rubén era consciente de que estaba a punto de culminar su rescate, pero parecía tener más adversidades de las esperadas. Nuevamente insistió a la anciana.

Cubos de agua

«Se lo volví a decir, que necesitaba que me abriera la puerta para poder sacarla de allí, que por favor me quitara el cerrojo... Y por fin lo hizo. Me metí dentro, la saqué lo más rápido que pude y la llevé a casa de la vecina», explicó.

Al poco tiempo llegó el jefe de la Policía Local acompañado de dos agentes. Los tres trataron de sofocar el fuego provocado por un cortocircuito de una manta eléctrica mediante extintores, pero no lo lograron. Fue necesario sacar tanto el colchón como la manta a la calle para apagarlo con la ayuda de los vecinos, que aportaron cubos de agua. Afortunadamente, la mujer salió ilesa del suceso, sin quemaduras ni lesión alguna por intoxicación, según detallaron fuentes policiales. Únicamente se vio afectada por un cuadro de ansiedad. Además, el fuego no se extendió pese a la presencia de varios muebles de madera.

Rubén ha dado una lección con un noble acto que no todos estarían dispuestos a realizar. Ha demostrado al mundo entero que no todos los héroes llevan capa. Algunos cargan con balones de fútbol y reparten la correspondencia a domicilio.