Son los vecinos de Favara con más puntería. Antonio Cerdán, Claudia Gras y José Ramón Galán completaron recientemente su triunfal paso por el Campeonato de España de Armas Históricas, en el que cosecharon nueve medallas. No obstante, es solo la guinda sobre un pastel elaborado a base de éxitos.

Claudia Gras apunta, tumbada, su fusil. | LEVANTE-EMV

Esta peculiar familia acumula más de dos décadas de experiencia en esta poco común disciplina deportiva. No obstante, José Ramón inició su trayectoria con anterioridad. A mediados de la década de los ochenta se introdujo en el mundo del tiro, concretamente en disciplinas olímpicas. Su interés por las armas históricas se remonta hasta 1989. Ya en 1995 se colgó dos medallas de oro en su primera participación en el Campeonato de Europa, aunque por equipos. A estas le siguieron muchas más, tanto a nivel europeo como mundial. Y no fueron las únicas, ya que a esta pasión se añadieron su mujer, Claudia, y su hija, Marta, que dejó de lado la competición aunque no descarta volver. Y Antonio, su yerno.

Antonio Cerdán muestra una pistola histórica. | LEVANTE-EMV

«Es un deporte que requiere de la mejor preparación técnica, así como de un equipamiento complejo y sofisticado que nos permita alcanzar nuestras metas. Aun así, y como en todos los deportes, es el componente humano el responsable final del éxito o el fracaso», explica Claudia a Levante-EMV sobre el tiro deportivo con armas históricas.

Con todo, José Ramón asegura que se trata de un deporte que no requiere de «ninguna habilidad especial». «Cualquier persona puede practicarlo y conseguir resultados representativos. Sin embargo, ganar un nacional ya es otro mundo. En la alta competición se pasa de la euforia al pánico en pocos segundos», indica. Tras décadas en esta disciplina, el veterano tirador mantiene viva la llama competitiva. «A día de hoy todavía me motiva el afán de superación. La competición de alto nivel sigue siendo un estímulo para mí. No escondo que me gustaría continuar compitiendo a nivel internacional, ha sido mi vida durante varias décadas, pero los sentidos no son ya tan agudos. Ahora me ciño al ámbito nacional», reconoce.

En el último campeonato estatal, Claudia alcanzó el podio en la especialidad de fusil de cien metros. Pese a ser una modalidad dominada por hombres, las féminas rompen año tras año con los tabúes más arcaicos. «Las pruebas de tiro con rifle a 100 metros no son un coto masculino, las mujeres tenemos las mismas facultades. De hecho, de las cuatro pruebas de tiro a 100 del nacional, en tres de ellas ganaron, o quedaron en segundo lugar, mujeres», subraya.

Campeonato internacional

Menos dilatada es la trayectoria deportiva de Antonio, sobre todo si se compara con la de José Ramón. Pero su triple corona nacional (pistola, revólver y combinada 25-50) dejan patente que tiene nivel para estar entre los mejores. «Creo haber consolidado mi posición de cara al próximo equipo nacional. Aún estoy impresionado por los resultados, pero soy muy exigente conmigo mismo, y ya estoy pensando en la preparación para el nuevo campeonato internacional, que se disputará por primera vez de forma simultánea en todos los países que forman parte de la organización que rige este deporte, el MLAIC», expone al respecto.

Su pasión por este deporte es similar. Cada uno, no obstante, se marca unos objetivos distintos de cara a los próximos meses. «Ahora toca descansar. Después del paréntesis estival será el turno de entrenar y preparar la próxima temporada. Me gustaría recuperar el título nacional de Walkyria», admite Claudia. Antonio, por su parte, sostiene que su deseo es el de «continuar avanzando y ampliar las modalidades» que practica. Mientras, José Ramón tan solo persigue alargar al máximo su trayectoria como tirador de armas históricas: «Personalmente solo ansío seguir practicando este deporte, con medallas o sin ellas. Aunque, claro, con medallas es más satisfactorio», concluye.