La escoleta municipal de Càrcer ha cerrado sus puertas «con total normalidad», destacaron ayer fuentes municipales, que se congratulaban de haberana zanjado el mues de julio en el que lo más importante ha sido aportar «una grata experiencia para todos sus asistentes y sin ningún contagio localizado».
«No era fácil, pero todo se ha resuelto de la mejor manera», subrayó el alcalde, Josep Botella, que añadió: «La escoleta tiene una doble vertiente: educativa y conciliadora. Trabajaremos para mantener esta iniciativa».