El Defensor del Pueblo de Ucrania pide liberar al valenciano torturado en Crimea

Las autoridades españolas y ucranianas ya han iniciado contactos con representantes rusos para explorar las vías que conduzcan a una excarcelación por razones humanitarias - El exfuncionario de Carlet ha sufrido graves vejaciones

Mariano García, antes de ser detenido, junto a Tatiana.

Mariano García, antes de ser detenido, junto a Tatiana. / Levante-EMV

A. C.

El jubilado valenciano Mariano García Calatayud sigue preso en una prisión de Crimea, donde ha sido torturado y vejado por sus carceleros sin atender a su nacionalidad ni a su grave deterioro físico, ya que está enfermo del corazón. Hoy tiene 75 años y, según defienden algunos reclusos que han logrado ser liberados, ha sufrido un auténtico calvario en las mazmorras controladas por el ejército ruso. Tatiana Marina, su pareja ucraniana, se entrevistó ayer con un alto funcionario de la oficina del Defensor del Pueblo. «Ucrania también está dando pasos para liberar a Mario», asegura, aunque echa en falta una acción diplomática más enérgica por parte del gobierno español para soltarle por razones humanitarias. La embajada ya ha iniciado gestiones, aunque prefiere actuar lejos del foco mediático.

El Defensor del Pueblo ucraniano ya ha solicitado a su homóloga rusa, Tatyana Moskalkova, que le ayude a liberar a Mariano García. Los testimonios recogidos por Evgeny Yamkovoi y Alexander Tarasov, dos prisioneros que han compartido el presidio de Simferópol con el activista valenciano, son descorazonadores. Presenta hematomas y cicatrices por todo el cuerpo. Ha sufrido ataques cardiacos. Ha perdido parte de la dentadura a consecuencia de las torturas y ha sufrido maltrato por parte de los vigilantes del presidio. Fue duramente golpeado tras su detención, recibió descargas eléctricas y le robaron todo el dinero que tenía depositado en su cuenta bancaria. También fue atacado salvajemente por perros de los guardianes de la prisión.

No obstante, hace unas semanas la Fiscalía Militar reconoció por primera vez que sigue vivo. La respuesta oficial admitía que Mariano García fue apresado el 19 de marzo de 2022 «con el fin de verificar la comisión de acciones destinadas a causar daño a la seguridad de la Federación Rusa en el curso de una operación militar especial» y que, con posterioridad, fue trasladado «por funcionarios del Servicio Federal de Seguridad de Rusia» a una «institución del sistema penitenciario, donde aún se encuentra recluido». Este documento oficial, considerado «muy relevante» por la embajada española, ha abierto los primeros contactos para forzar su liberación. Uno de sus cónsules ha informado a la familia del exjefe de la brigada municipal de obras de Carlet que ha iniciado las gestiones, aunque prefiere mantener un mutismo absoluto hasta ahora.

Los amigos de «Mario», nombre que emplea en Ucrania, decidieron el pasado mes de febrero solicitar la colaboración del abogado Anatoly Fursov. Gracias a la mediación de este letrado se consiguió que la fiscalía militar de la Flota Rusa en el Mar Negro confirmara el encarcelamiento de Mariano García. Ha sido la primera noticia oficial suya en un año, aunque quedan muchas incógnitas por despejar. Los responsables del Centro de Detención Número 2 de Simferópol se niegan a confirmar si permanece en alguno de sus calabozos y descartan que nadie pueda visitarle.

«Lamentablemente el tiempo corre en contra de Mario en este asunto, ya que, según las leyes rusas, se puede dar una respuesta en un plazo de 30 días naturales y los rusos aprovechan esta oportunidad retrasando al máximo el tiempo de respuesta», deploraba ayer Tatiana Marina. Tanto los amigos ucranianos del ciudadano español como el portavoz de su familia en la Ribera, Paco Santiesteban, consideran que la intervención diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores resulta «imprescindible» para lograr avances que conduzcan a la liberación del veterano activista valenciano. «Incluso los propios soldados rusos han reconocido en privado que la intervención de España daría un resultado positivo», apunta esperanzada Tatiana. 

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