La Ribera ha sufrido decenas de terremotos a lo largo de cuatro siglos

La comarca registra abundantes seísmos, aunque de escasa magnitud

Los mayores daños los provocó la gran sacudida que se registro entre Tavernes y Xàtiva en 1396 

Mapa de los mayores terremotos registrados en España

Mapa de los mayores terremotos registrados en España / Levante-EMV

Los terremotos más graves de los últimos 1.000 años registrados en la Comunitat Valenciana han sido los de Torrevieja (1829), Estubeny-Montesa (1748) y Tavernes de la Valldigna-Xàtiva (1396). Las crónicas cifran en 200 las casas destruidas en Tavernes, localidad que se encuentra pegada a varios municipios de la Ribera, donde los daños también fueron considerables.

El terremoto ocurrido el 23 de marzo de 1748, cuyo epicentro se situó en Estubeny, provocó graves daños en Montesa y en otros muchosmunicipios. Fue de intensidad IX, por lo que las consecuencias no debieron ser muy diferentes a las del de Torrevieja de 1829, que fue muy grave.

El 18 de diciembre de 1396 se produjo uno de los terremotos históricos de Xàtiva, aunque el epicentro, según los datos científicos, también se localizó en Tavernes de la Valldigna. La intensidad en este caso se situó entre VIII y IX, por lo que no cabe duda de que fue un terremoto «gravemente dañino», dado que en esos casos es difícil mantenerse de pie incluso fuera de los edificios.

El terremoto con epicentro en la Ribera más antiguo del que se tiene constancia es el que se produjo en Carlet en 1872. Tuvo una intensidad VII, al que siguieron dos réplicas de IV. Años más tarde, en 1875, se produjo otro de magnitud cinco. El 14 de abril de 1883 se registró otro de la misma escala en Castelló. Seis años más tarde se contabilizó en Turís otro de idéntica intensidad.

Tous, Alzira, L’Alcúdia, Sueca o Alginet han sufrido más de un temblor aunque de una magnitud moderada

Ya en pleno siglo XX, Castelló volvió a protagonizar otro el 2 de febrero de 1914 de magnitud VI. En Algemesí hubo otro de IV el 24 de abril de 1918 y en 1924 fue Alzira la que se anotó un seísmo de escala V. Años más tarde, la capital de la Ribera Alta registró otro de IV el 3 de septiembre de 1951. El 27 de septiembre de ese mismo año hubo otro de la misma intensidad en Sueca. El 19 de junio de 1958 el epicentro se atribuyó a Gavarda.

La Pobla Llarga registró un pequeño temblor el 25 de septiembre de 1970. Y l’Alcúdia otro que se produjo el mismo mes de 1983. Cinco años más tarde, el epicentro de otro sismo de magnitud IV se dató en l’Énova. En Turís hubo uno el 21 de diciembre de 1991. L’Alcúdia volvió a marcar entre III y IV de magnitud el 8 de diciembre de 1992. El 3 de diciembre de 1995 se contabilizó uno de II en Alginet. Ese mismo año hubo otro muy leve en noviembre en Cullera. Los siguientes se asignaron en 1996 en Sueca y en marzo en Alginet. En 2020 se declararon tres de magnitud III en Gavarda y, en dos ocasiones, en Tous, que repitió epicentro en enero, abril y mayo de 2021. El mayor fue de escala IV.

Placa euroasática y africana

La península Ibérica se halla situada en el borde sudoeste de la placa euroasiática en su colisión con la placa africana. El desplazamiento tectónico entre ambos continentes es responsable de la actividad sísmica de los países mediterráneos y por tanto de los grandes terremotos que ocurren en zonas como Argelia, Grecia o Turquía. La parte más occidental de la conjunción entre dichas placas es la fractura denominada de Azores-Gibraltar-Túnez, que es la que afecta a España.

España, en cualquier caso, no es un área muy dada a sufrir grandes y continuos terremotos. Sin embargo, sí tiene una actividad sísmica relevante con sismos de magnitudes inferiores a 7,0, si exceptuamos los ocurridos en la falla de Azores-Gibraltar (terremotos de 1755 o 1969), pero capaces de generar daños muy graves.