Los arqueólogos atribuyen los sillares de Carcaixent a un viejo puente del Trenet
El hallazgo obligó a paralizar las obras del gimnasio en el colegio Navarro Darás de Carcaixent
Ahora se reanudará el proyecto
Una trampilla permitirá acceder a los restos arqueológicos
Las grandes piedras sillares que aparecieron bajo la superficie del colegio Navarro Darás mientras se escarbaba el subsuelo con la intención de construir un gimnasio escolar no tienen tanta trascendencia histórica como se presumía. Los arqueólogos han determinado que se trata de estructuras que formaban parte de un puente del antiguo trenet que circulaba entre las estaciones de Carcaixent y Dénia. El hallazgo obligó a paralizar las obras, que van a retomarse tras haberse constatado que su importancia es relativa y en estos casos no se requiere mantenerlos visibles.
La aparición de esas grandes estructuras de piedra tuvo lugar a finales de junio. Los obreros de la empresa adjudicataria de la reforma del colegio alertaron a los técnicos del ayuntamiento, cuyos responsables trasladaron el expediente a la Conselleria de Cultura. La Generalitat, que contempla el patrimonio arqueológico «como una de las manifestaciones más relevantes de nuestra evolución como pueblo», tiene muy regulada la actuación en estos casos, incluso tratándose de hallazgos casuales.
La ley establece que forman parte del patrimonio arqueológico los vestigios que tengan los valores propios del patrimonio cultural y cuyo conocimiento requiera la aplicación de métodos arqueológicos. La aparición de las piedras en el colegio Navarro Darás obligó a decretar la paralización cautelar de las obras para dar pie a una actuación arqueológica de emergencia.
El estudio del subsuelo se dejó en manos de especialistas, que excavaron durante semanas una fosa para inspeccionar los restos y tener una visión de conjunto que les permitiera determinar el origen y el cometido de esa estructura arquitectónica. Inicialmente se barajaron varias hipótesis. Los expertos barruntaron inicialmente varios supuestos para explicar la aparición de los enormes bloques de piedra tallada encontrados bajo el patio del colegio. Se pensó que podrían formar parte de alguna vieja infraestructura hidráulica, de la plataforma de la línea ferroviaria que se prolongaba hasta Dénia o bien de algún edificio de porte nobiliario.
Todo el mundo era consciente de que la antigüedad de los restos, que no parecían muy longevos, iba a determinar el nivel de protección que debía asignarse a esos restos arqueológicos. La intervención arqueológica obligó a paralizar por completo la construcción del gimnasio. Incluso llegó a contemplarse la posibilidad de cambiar la ubicación del recinto deportivo. La suspensión de las obras para priorizar la excavación ha impuesto un retraso considerable del proyecto, aunque podrá retomarse ante la necesidad de dotar a la escuela del pabellón que necesita para las clases de educación física. La comunidad escolar ya respira aliviada.
Los restos del puente se mantendrán. Y se habilitará un acceso para acceder a ellos a través de una trampilla que se instalará en el suelo, según ha avanzado la alcaldesa, Carolina Almiñana.
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