La alzireña Mónica Carrió aspira a estar en los Juegos de París como jueza

Ya participó como atleta en Sydney 2000 y ahora la española la ha preseleccionado como árbitra

Su experiencia internacional fuera de la tarima incluye tres mundiales, uno absoluto y dos juniors

Mónica Carrió, en una imagen de archivo.

Mónica Carrió, en una imagen de archivo. / Levante-EMV

David Chordà

Mónica Carrió está más cerca de disputar sus segundos Juegos Olímpicos. En 2000 compitió como halterófila, mientras que en 2024 lo puede hacer como Jueza Internacional en París. «Es una gran ilusión porque posiblemente podría participar en la gala inaugural, donde no estuve en Sydney porque competía muchos días después», explicó la alzireña.

Carrió ha ido dando pasos firmes en su carrera como jueza después de que su querido Julián Perea la animase a adoptar esta faceta en la primera década del siglo para seguir vinculada al deporte de la halterofilia. Con la recuperación de las competiciones tras la pandemia, empezaba el ciclo olímpico ya fue convocada para el Mundial junior celebrado en Creta (Grecia). Posteriormente, le llegó el turno en el Mundial sub-17 de Albania. «Se iban acumulando así los seis eventos internacionales en los que hay que tomar parte para ser convocable para los Juegos», añadió la alzireña. 

La Federación Española propone su participación como jueza, pero es la Internacional la que decide si participa o no. De hecho, el año pasado estuvo preseleccionada para el Mundial absoluto de Colombia, pero finalmente no fue llamada a la cita. Donde sí estuvo hace ya varias semanas fue en el Mundial disputado en Riad (Arabia Saudí) «en el que el Comité Internacional de Jueces hizo su valoración, pero habrá que esperar al año que viene para que tome la decisión definitiva».

Un llavero premonitorio

La noticia de su convocatoria para el Mundial llegó tras un cúmulo de coincidencias. En 2001 disputó su último campeonato del Mundo como deportista. «Parecía una premonición que días antes de que me comunicasen que iba a Arabia mi madre encontró un llavero del Mundial del 2001 como si fuera una señal de que volvería a un Mundial», recordó. La noticia supuso una doble alegría porque como presidenta del club halterofilia Alzira, se congratuló de que otra alzireña - Alba Sánchez- volvía al Mundial en el que quedó clasificada en la undécima posición.