Alzira activa la obligación de crear franjas de seguridad contra incendios en los chalés

La aprobación de la delimitación cartográfica de las urbanizaciones de Alzira, núcleos de población, edificaciones e instalaciones susceptibles de sufrir un incendio forestal ha puesto en marcha la cuenta atrás para que los propietarios adopten las medidas de autoprotección que prevé la ley, en este caso la creación de franjas perimetrales de seguridad, bien de forma voluntaria o a través de la ejecución subsidiaria por parte de la administración. 

Una modificación de la Ley de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Paisaje (Lotup) aprobada a finales de 2021 que incorporó los aspectos relacionados con la prevención de incendios forestales a la gestión urbanística concedía dos años para elaborar esta cartografía de riesgo y publicarla. 

El Ayuntamiento de Alzira aprobó la propuesta técnica en el pleno de noviembre y ayer se publicó el documento en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP), lo que abre un plazo de seis meses para que los propietarios de chalés en urbanizaciones o diseminados que lindan con suelo forestal comuniquen su disposición a cumplir este requisito legal bien de forma individual, colectiva en el caso de urbanizaciones, o su negativa. 

«Es una obligación de los residentes que voluntariamente han decidido vivir en estos lugares, disfrutan de ese enclave, pero tienen que ser conscientes de que existe un peligro y cada vez va a ser mayor», señala el alcalde, Alfons Domínguez, en referencia al nuevo escenario climático en el que este año destaca la ausencia de lluvia. 

Colaboración municipal

El alcalde advierte de que se trata de una obligación legal que deben cumplir todos los municipios valencianos y que el Ayuntamiento de Alzira pretende ofrecer toda la ayuda posible para que se ejecuten estas franjas de autoprotección. 

El ayuntamiento estudia establecer un precio público para la ejecución subsidiaria en torno a núcleos consolidados

Domínguez estima que entre urbanizaciones reguladas y otros núcleos alegales Alzira cuenta con varios miles de viviendas en lo que se considera franja urbano-forestal. Entre ellas, urbanizaciones como El Respirall, Sant Bernat, El Racó, Valletes de Bru, Valletes de Gall, les Oronelles o Santa Marina en la Barraca -aunque en este último caso la interfaz forestal recae en término municipal de Carcaixent-, l’Eixavegó, el Racó de les Vinyes o l’Ombriu de la Murta.

Fuentes municipales inciden que las medidas de autoprotección contra incendios que antes se planteaban como una recomendación, son ahora una obligación, y que con la aprobación de esta cartografía simplemente se cumplen las directrices de la Lotup.

De 30 a 50 metros

La ley establece que estas franjas de seguridad deben contar con un mínimo de 30 metros de anchura y un máximo de 50, en función del tipo de vegetación y la pendiente del terreno, y el ayuntamiento ya trabaja con la perspectiva de establecer un precio público para poder ejecutar estos cortafuegos perimetrales en las urbanizaciones consciente de que la coordinación de todos los residentes puede resultar compleja. Con todo, el gobierno municipal prevé rastrear posibles subvenciones de otras Administraciones para reducir en lo posible el importe de estos trabajos y ofrecer las máximas facilidades. 

«Estamos estudiando cómo se puede hacer», comenta el alcalde, mientras señala que ya se ha mantenido reuniones con la diputación para tratar de conseguir ayudas y también se pretende recabar el apoyo de la Generalitat. Domínguez señala que en los diferentes contactos que ha mantenido con las urbanizaciones ya se ha intentado concienciar a los residentes sobre la obligación de aplicar estas medidas de autoprotección.

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