El caqui recobra impulso tras dos años de flaqueza por las plagas y la climatología

La merma se encuentra por debajo de los niveles de la temporada anterior, lo que permite que la producción crezca hasta los casi 180 millones de kilos

«El agricultor necesitaba un año de estabilidad para recuperar la ilusión», expone el presidente de la DO

La fruta ribereña se ha abierto un nuevo y prometedor mercado al exportarse los primeros lotes a China

Un trabajador recolecta los caquis de un campo de Alzira, en una imagen de archivo.

Un trabajador recolecta los caquis de un campo de Alzira, en una imagen de archivo. / Vicent M. Pastor

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

La campaña del caqui se acerca a su fin y deja buen sabor de boca tras dos años marcados por mermas importantes, primero por las plagas y luego por las inclemencias meteorológicas. El presidente del Consejo Regulador la Denominación de Origen Kaki Ribera del Xúquer, Cirilo Arnandis, sostiene que la temporada que acaba en breve permite recuperar «la estabilidad en la producción y la ilusión en el agricultor».

La producción comercial de la DO en la comarca de la Ribera se situará en cifras cercanas a los 180 millones de kilos. Si bien se confiaba en rondar los doscientos, Arnandis recuerda que, en noviembre, un vendaval provocó una merma considerable que se sumó a la que habían causado anteriormente otros episodios de viento y granizo: «La campaña de este año se ha comportado bien. Tuvimos una merma importante antes de que comenzara por culpa del aire y la piedra a la que se sumó, ya en plena campaña, aquel viento de más de 100 km/h que desmejoró las previsiones iniciales. Pero podemos estar satisfechos ya que ha habido demanda continuada tanto a nivel nacional como desde el mercado europeo y los precios han sido aceptables», expone.

Los productores de caqui necesitaban una temporada de relativa calma y normalidad, dentro de la consincertidumbre y dificultades que son inherentes al oficio de agricultor. «La campaña pasada fue buena en cuanto a precios, pero llegamos con dificultades al 40 % de la producción. La anterior fue dramática por la afección provocada por la plaga del ‘cotonet’, que este año se ha controlado mejor», comenta al respecto Arnandis, que añade acto seguido: «Los agricultores siempre tenemos la producción en el aire, ya que en nuestro trabajo inciden muchos factores que no podemos controlar. Por eso es bueno tener un año de estabilización de la producción como este».

Asimismo, el presidente del consejo regulador de la DO enfatiza que, sobre esta cuestión, también juega un papel importante la progresiva desaparición de productores en otras partes del Estado: «Poco a poco nos quedamos solos en la Ribera, ya que el resto de agricultores nacionales. Es cierto es eso implica que ya no podremos llegar a los 500 millones de kilos que se proyectaban en su momento, pero recuperar esa estabilidad implica también retornar la ilusión los productores de la comarca que puede presumir de exportar el único caqui con Denominación de Origen».

Calidad y reconocimiento

Estos resultados infunden esperanza al campo ribereño, que atraviesa años complicados en sus diversas variedades frutales. Arnandis tiene claro que el caqui «es un producto que tiene futuro». El también presidente de la cooperativa de l’Alcúdia sostiene que todavía quedan muchas puertas por abrir: «El caqui sigue siendo un desconocido para muchos hogares, pero lo cierto es que en el que entra, se queda. Ninguna otra fruta conserva el sabor como el caqui, lo que le da calidad y reconocimiento. Vamos a continuar trabajando para reforzar la marca y llegar a muchos más lugares», asegura.

De hecho, el caqui de la Ribera ha incorporado en esta temporada un nuevo destino que todavía no había alcanzado y que representaba un viejo anhelo para los promotores de la Denominación de Origen. Un hito histórico que añade una pizca más de esperanza al sector. «En esta campaña hemos logrado, tras muchos años de gestiones, abrir el mercado Chino. Se han enviado los primeros lotes de nuestro caqui a un país que es el mayor productor y también un gran consumidor. Otro argumento más para pensar que el caqui de la Ribera tiene mucho futuro», concluye Arnandis.

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