La ‘reganyà’ se afianza entre los dulces de Alzira más aclamados

La campaña para rescatar del olvido esta mona de Pascua con calabaza ha dado sus frutos y es un producto muy solicitado en esta época del año

Decenas de vecinos se agolpan ante las ‘reganyaes’ del concurso del año pasado.

Decenas de vecinos se agolpan ante las ‘reganyaes’ del concurso del año pasado. / Agustí Perales Iborra

Alzira puede presumir con orgullo de haber rescatado del olvido la ‘reganyà’, un dulce de origen popular cuyo nombre evocaba a un pasado que ya no está. Al sabor de las comidas y postres que cocinaban madres y abuelas, más deliciosas que de generosos ingredientes. Y también al de una época en la que los hornos se contaban por decenas en la ciudad. Sin embargo, la campaña promovida por el Gremi de Forners y que el ayuntamiento abanderó hace menos de una década ha permitido que esta versión de la mona de Pascua con calabaza deje un gusto actual y con mucho futuro por delante. A día de hoy, de hecho, ya rivaliza con el panquemao en algunos establecimientos.

Tanto el gremio como el ayuntamiento han conseguido que la ‘reganyà’ sea uno de los dulces más aclamados. Su nombre ya no suena a un vocablo antiguo y emana cada año de más y más bocas. Tanto es así que, en muchos de los hornos de Alzira, se puede encontrar prácticamente todo el año, a pesar de que, al igual que la mona, su consumo es más habitual durante las pascuas. Aunque es en estos días cuando su olor se adueña de estos comercios.

Degustación de 'reganyà'.

Degustación de 'reganyà'. / Agustí Perales Iborra

La ‘reganyà’ alzireña se elabora como otras tantas cocas o bizcochos. Requiere de huevos, aceite, harina y azúcar. Y a esto se le añade la calabaza asada, que le aporta su característico color y olor. Además, da como resultado un dulce que destaca por su gran esponjosidad. A diferencia de otros, también típicos de estas fechas y que gozan, igualmente, de un amplio número de amantes, como es el caso de los buñuelos o el arnadí, la singular ‘reganyà’ guarda un vínculo más profundo y estrecho con la ciudad.

Origen musulmán

Fuentes municipales atribuyen su origen, como otros dulces tradicionales valencianos que contienen miel, semillas, azúcar de caña, canela, calabaza o frutos secos, a la herencia cultural legada por los musulmanes que habitaban en la actual Comunitat hace más de siete siglos. De hecho, se teoriza que tras la expulsión masiva de la población musulmana ordenada por el monarca Felipe III, aquellos musulmanes que permanecieron como sirvientes en las casas cristianas perpetuaron estas recetas. Esto se debe a que se encargaban de aquellas labores del hogar cuyos dueños no hacían, como es el caso de cocinar. 

Un hecho que habría posibilitado la transmisión de estos dulces, generación tras generación, hasta la actualidad. Unos dulces, claro está, que por su marcado origen popular, se han elaborado con ciertas variaciones en numerosos hogares

Parte del éxito reciente de la ‘reganyà’ se debe al impulso de un concurso que ya va por su sexta edición y que cada año reconoce la mejor elaboración, todo un reclamo para los hornos de la ciudad. Mañana, jueves 21 a partir de las 17:00 horas, 16 ‘reganyaes’ (seis tradicionales, cinco de receta fusión y cinco en modalidad amateur) compiten por los premios que reparte el ayuntamiento. Además, habrá degustación para los asistentes.